Que la comunicación y la divulgación de conocimientos pasa por las nuevas tecnologías es algo que el futuro de ayer nos está demostrando. Internet es un maremagno de información donde el “síndrome del pajar” (= dificultad de encontrar lo buscado entre tantos datos ofrecidos) desanima a muchos a usar la red de redes, dejando pasar las grandes oportunidades que ofrece este monstruo virtual.

Precisamente, buscando en Internet, podemos conocer lo que otros han pensado y dicho de lo que nos espera en años venideros. Frases y pensamientos que, viniendo del pasado, no pierden su sentido en el presente, al referirse al futuro. Y es que “el futuro es algo que cada cual alcanza a un ritmo de sesenta minutos por hora, haga lo que haga y sea quien sea” (Staples Lewis).

Pero, tanto en la empresa como en la vida personal “el futuro tiene muchos nombres: para los débiles es lo inalcanzable; para los temerosos, lo desconocido y para los valientes es la oportunidad” (Víctor Hugo). Afrontar el futuro con actitud positiva es una garantía de éxito, como nos muestran Alex Rovira y Trías de Bes en su libro “La Buena Suerte”; y es que “el futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños” (Eleanor Roosvelt).

No por ser un tema tan serio hay que dramatizar. Woody Allen decía: “Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida” y no le faltaba razón, porque “el porvenir es un lugar cómodo para colocar los sueños” (Anatole France) y vivir tratando de alcanzarlos; pues muchos son los que coinciden en afirmar que la felicidad está en la búsqueda de esos sueños y no en su consecución.

No a todos ha preocupado el futuro de la misma forma. Albert Einstein prefería “no pensar nunca en el futuro porque llega muy pronto”. Incluso, Paul Ambroise Valéry desconfiaba diciendo que “el problema de nuestros tiempos es que el futuro ya no es lo que era”. Peor aún lo veía Arthur Clarke, quien decía que “esta es la primera época que le ha prestado mucha atención al futuro, lo cual no deja de ser irónico, ya que tal vez no tengamos ninguno”.

No ha faltado quien se ha fijado más en el presente afirmando que “es injusto que una generación sea comprometida por la precedente. Hay que encontrar un medio que preserve a las venideras de la avaricia o inhabilidad de las presentes” (Napoleón). Pero, en general, destacan los que miran hacia delante con esperanza porque “el futuro es ese periodo de tiempo en el que prosperan nuestros negocios, nuestros amigos son verdaderos y nuestra felicidad segura” (Ambrose Bierce). Miguel de Unamuno también renegaba del pasado aconsejando que “debemos procurar más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado”; y Nietzsche añadía que “solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado”. En definitiva, que “sólo cerrando las puertas detrás de uno, se abren ventanas hacia el porvenir” (Françoise Sagan). Abraham Lincoln añadía “yo no sé quién fue mi abuelo; me importa mucho más saber quién será su nieto”.

También se dan los desacuerdos al hablar de este tema porque, mientras Confucio decía que “hay que estudiar el pasado para pronosticar el futuro”, Edmund Burke afirmaba que “nunca puedes planear el futuro a través del pasado”. Claro, que hay quien busca el término medio al afirmar que “la vida humana representa, la mayor parte de las veces, una ecuación entre el pasado y el futuro” (José Ingenieros).

O sea, que habiendo opiniones tan dispares, el que no se consuela es porque no quiere. Así encontramos a quienes viven aquí y ahora, como Hesíodo, cuando decía “desdichado el que duerme en el mañana”; y a quien cree que “los hombres y pueblos en decadencia viven acordándose de dónde vienen, pero los hombres geniales y pueblos fuertes sólo necesitan saber dónde van” (José Ingenieros). El Talmud, además, pone el énfasis en las nuevas generaciones porque “el futuro del mundo pende del aliento de los niños que van a la escuela”.

En definitiva, lo que nadie puede negar es que la mejor manera de predecir el futuro es crearlo. De este modo pensaba Anatole France cuando dijo: “el futuro está oculto detrás de los hombres que lo hacen”.

Resumiendo: pensemos lo que pensemos, lo cierto es que el futuro acaba de empezar. Afrontémoslo con una actitud positiva y ¡Buena Suerte!.

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