Si un ordenador o un smartphone sin Internet nos parecen ya un instrumento inservible, dentro de muy poco ocurrirá lo mismo con elementos tan cotidianos, y aparentemente analógicos, como un frigorífico, un coche o la silla donde nos sentamos. Hoy en el mundo hay ya más dispositivos conectados a la red que personas y las previsiones esperan crecimientos de hasta el 30% para 2016. El llamado Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés) es ya una realidad y las compañías se están preparando para la nueva revolución tecnológica que viene.

Microsoft HDInsight permite procesar datos provenientes de sensores empleados en cualquier actividad, incluso en la agrícola, para maximizar la producción.Detrás de esta tecnología destacan dos aspectos esenciales: la nube y el Big Data. Dentro del primer campo, Microsoft cuenta con Microsoft Azure, una colección cada vez mayor de servicios integrados en la nube (análisis,  proceso, bases de datos, móviles, redes, almacenamiento y web), que tiene como objetivo permitir a las organizaciones ser más ágiles, llegar más lejos y reducir sus costes. A ello se suma la enorme flexibilidad e ilimitada escalabilidad que el cloud pone en mano de los clientes. Gracias a ello, los negocios, incluso aquellos de pequeño tamaño, pueden competir en un mercado cada vez más competitivo utilizando las mismas herramientas que las grandes multinacionales gracias a la nube, que les permite dimensionar de forma dinámica la solución que necesitan a la medida de su crecimiento y sus necesidades. Para Microsoft esto es lo que ha transformado el Internet de las Cosas en el Internet de tus Cosas.

Si hablamos de productos específicos para afrontar un futuro que ya no es tal, sino presente, nos encontramos, por ejemplo, con la base de datos Microsoft SQL; HDInsight, que permite procesar datos no estructurados o semiestructurados de secuencias de clics en la Web, medios sociales, registros de servidor, dispositivos y sensores, etcétera; DataLake, un almacén de datos para acumular información de forma masiva y poder explotarla a posteriori; o PowerBI, la herramienta de análisis de datos que transforma la información de la empresa en sofisticados objetos visuales que puede recopilar y organizar.

Todas estas tecnologías cuentan con un gran potencial que sólo se percibe en toda su esencia a través de casos que ya han revolucionado sectores muy diferentes. Son varios los ejemplos que demuestran de una forma clara el potencial que presenta Microsoft a las compañías que deciden aprovechar el IoT. Es el caso de la multinacional ThyssenKrupp Elevadores, que nos planteó una necesidad básica: obtener una ventaja competitiva al centrarse en lo más importante para sus clientes, la fiabilidad. Gracias al Internet de las Cosas y mediante la conexión de sus elevadores a la nube, la empresa actualmente recopila datos de sensores instalados en sus sistemas y elevadores. ¿El resultado? Un volumen gigantesco de datos gestionados a través de Microsoft Azure que, una vez analizado, permite transformar todo el flujo de información en una valiosa información de negocio gracias a la que ThyssenKrupp está mejorando enormemente sus operaciones. Precisamente en todo ello uno de los aspectos claves lo aporta la analítica avanzada, que ha permitido a la compañía poner en marcha algo que las diferencia por completo de todos sus competidores: el mantenimiento predictivo y preventivo, que permite a la compañía adelantarse a los problemas, minimizar las paradas no previstas de sus elevadores y elevar el grado de satisfacción de sus clientes.

Gracias al Internet de las Cosas las organizaciones tienen a su alcance todo lo necesario para ser más ágiles, llegar más lejos y reducir sus costes.El IoT y el Big Data no sólo tienen su aplicación en el sector industrial, sino que sus posibilidades alcanzan ámbitos a priori ajenos a la tecnología. Es el caso del proyecto puesto en marcha entre Microsoft y Fujitsu, el conocido como ‘Internet de las Vacas’. Gracias a la aplicación de unos sensores en las patas de las vacas de las explotaciones ganaderas con los que medir sus pasos, se consiguió aumentar en un 50% la producción de terneros, eligiendo el mejor momento para la inseminación. ¿Cómo? Pues gracias al establecimiento de unos patrones que facilitan la determinación del momento óptimo para inseminar y predecir el sexo del ternero. Sistemas como éste ponen de manifiesto que cualquier empresa puede sacar partido a sus datos, sean de la naturaleza que sean, para mejorar sus resultados.

Por último, otro ejemplo destacable, y que además ha contado con repercusión internacional, es el del Ayuntamiento de Barcelona, que ha apostado por el Big Data y ha convertido a la ciudad en una Smart-City. Aprovechando la información proporcionada en tiempo real por el Ayuntamiento, una aplicación desarrollada en el concurso ‘I APP YOU! – Efficient Energy Apps 2014’, organizado por Microsoft, ayuda a las personas a aprovechar las infraestructuras de la ciudad, permitiendo encontrar lugares de interés alrededor de la posición en directo.

Estos son sólo algunos ejemplos, pero el aprovechamiento de las posibilidades del Internet de las Cosas para optimizar el día a día del mundo de los negocios impacta directamente sobre todos los sectores: tendencias en la inversión, tendencias en el perfil de gasto de los clientes, predicciones económicas, estudios meteorológicos, predicción de precios en el sector energético, predicción del fracaso escolar o, incluso, la medicina preventiva son sólo algunos ejemplos.

En Microsoft, creemos firmemente que el Internet de las Cosas puede marcar una importantísima diferencia para prácticamente cualquier negocio actual, de una forma no disruptiva y empezando por los aspectos claves del mismo. Gracias al cloud computing todo puede arrancar con los datos existentes, utilizando dispositivos y servicios familiares de forma innovadora para lograr reducir tiempos de reacción, un ahorro real, generar nuevas ideas y tomar mejores decisiones de negocio.

 

Pilar Santamaría

Directora de la división Cloud & Enterprise de Microsoft Ibérica

 

ARTÍCULO INCLUIDO EN EL NÚMERO DE ABRIL DE LA REVISTA AGENDA DE LA EMPRESA INDUSTRIA 4.0