Entrevista a Gloria de la Viña, responsable del sector biotecnológico en Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA)
Agenda de la Empresa: En la última ocasión que la entrevisté, me avanzó que la bioeconomía planteaba una oportunidad estratégica para Andalucía. ¿En qué situación nos encontramos más de un año después?
Gloria de la Viña: Actualmente, en Andalucía, todos los agentes implicados estamos trabajando para aprovechar las oportunidades que nos facilita el entorno europeo y nacional para construir una bioeconomía andaluza floreciente. Ya hemos conseguido resultados importantes, tanto por parte de empresas y otras entidades, con proyectos de calado como Biovege, Agriforvalor o Superbio, como de la Junta de Andalucía, que ha conseguido la elección de la región por la Unión Europea como modelo de demostración para impulsar la industria química sostenible. Pese a la complicada situación actual del grupo Abengoa, ha quedado al descubierto todo el trabajo que queda por hacer y la oportunidad que Andalucía tiene en el entorno nacional y europeo. Estamos, por tanto, en un momento clave para que Andalucía se posicione en bioeconomía.
A.E.: ¿Por qué supone una oportunidad para Andalucía y a qué sectores y tipo de empresas implica?
G.V.: La bioeconomía consiste en la producción y aprovechamiento de recursos biológicos renovables (biomasa) y su conversión en bioproductos comercializables en diversos mercados: ingredientes bioactivos para alimentos o piensos; bioplásticos para la industria química; compuestos bioactivos para la industria farmacéutica y cosmética, biocombustibles, etc. Implica a sectores industriales tradicionales como el agroalimentario y el químico, y sectores emergentes, como el biotecnológico. Las pequeñas y medianas empresas que apuesten por la innovación están llamadas a ser principales artífices de la implantación de la bioeconomía, tanto en Andalucía como en Europa. Desde el sector privado andaluz, se está trabajando con la prioridad de obtener casos de éxito de colaboración industrial en bioeconomía. El proyecto BIOVEGE, que cuenta con financiación FEDER-Innterconecta, puede ser el primero de estos casos de éxito en la bioeconomía andaluza porque cumple dos requisitos clave. Por un lado, implica a todos los tipos de empresas necesarias: usuarios finales de bioproductos, fabricantes, biotecnológicas de I+D y proveedoras de biomasa y, por otro lado, pone en práctica los esquemas de cooperación trans-sectorial que requiere el desarrollo de la bioeconomía al vincular tres sectores industriales diferentes: el agroalimentario, el biotecnológico y el químico.
A.E.: La Comisión Europea acaba de aprobar el proyecto Superbio, financiado por H2020 y en el que CTA es el único socio español. ¿Qué supondrá este proyecto para la bioeconomía europea?
G.V.: El proyecto Superbio tiene el reto específico de desarrollar nuevas cadenas de valor trans-sectoriales en la Unión Europea, mediante la utilización del potencial de innovación de las pymes, que son consideradas por la Comisión como el actor económico principal capaz de proveer crecimiento y empleo en el futuro. El objetivo del proyecto es desarrollar múltiples cadenas de valor sostenibles y orientadas al mercado de la bioeconomía, proporcionando asesoría especializada y estableciendo colaboraciones. Se espera construir al menos diez nuevas cadenas de valor que vinculen distintos sectores y países europeos, para lo cual se prestará apoyo a pymes, a las que se aportarán servicios de innovación por un valor total de 1.800.000 euros. Las cadenas de valor se construirán para operar en bioeconomía, que se considera una economía emergente con un enorme potencial.
A.E.: ¿Qué diagnóstico hace del sector biotecnológico en Andalucía en este momento?
G.V.: El sector biotecnológico andaluz está preparado para aportar soluciones a los retos socio-económicos del sector público andaluz. También lo está para aportar competitividad y posicionamiento en mercados y nuevos productos a una gran variedad de sectores activos en Andalucía como el sector de la salud, el agroalimentario, el de la cosmética y la farmacéutica o la industria de la biomasa. El sector está resistiendo a la crisis gracias a la alta calidad de su investigación, de sus estrategias empresariales y de los productos y servicios que desarrollan sus empresas. Esto les da prestigio internacional y les ayuda a conseguir una penetración creciente en los mercados globales. Algunas empresas están consiguiendo inversiones importantes de capital privado, a pesar del entorno de crisis, y otras han tenido éxito en el programa europeo Horizonte 2020 a través del Instrumento Pyme. Muchas están consiguiendo importantes oportunidades de crecimiento gracias a las subvenciones que proporciona el programa Feder-Innterconecta, gestionado por el CDTI. Sin embargo, el sector biotecnológico andaluz es todavía un sector emergente que requiere medidas específicas para su consolidación que favorezcan el desarrollo pleno de su potencial de innovación sobre la economía andaluza.
A.E.: ¿Qué hace falta para que el enorme valor añadido del atomizado sector bio español revierta en el país y no sea sólo un laboratorio para grandes multinacionales?
G.V.: Hace falta que se produzca un cambio de escala en la masa crítica del sector biotecnológico. En Andalucía, la inversión y el posicionamiento estratégico que pueden proporcionar casos de éxito de colaboración con las administraciones públicas, pueden ser el factor de impulso para la consolidación del sector biotecnológico andaluz a nivel nacional e internacional. Sólo hace falta buscar entornos de encuentro en los que alinear necesidades y soluciones. Este entorno lo proporcionan los esquemas de negociación característicos de la Compra Pública Innovadora (CPI).
A.E.: ¿Dónde cree que están las mayores oportunidades para la economía andaluza en relación con el sector biotecnológico?
G.V.: La bioeconomía, con su alta capacidad de generación de valor tangible e intangible, constituye un gran reto y una gran oportunidad para Andalucía. También lo es la puesta en marcha de procesos de compra pública innovadora en el sector salud y agroalimentario, así como para el desarrollo de la bioeconomía andaluza. La compra pública de innovación es un instrumento de demanda de necesidades diseñado para dinamizar la innovación y la internacionalización y estimular así la aparición de nuevos segmentos empresariales. Otro reto u oportunidad para Andalucía es aprovechar las convocatorias de compra pública innovadora del programa europeo Horizonte 2020, con lo que se obtiene el doble beneficio de disminuir la deuda que las administraciones públicas contraen en los procesos de compra pública innovadora y de posicionamiento internacional.
A.E.: ¿Qué áreas de innovación cree que representan mayores oportunidades de negocio a medio plazo para las empresas Bio?
G.V.: El segmento del diagnóstico in vitro es un ámbito de negocio atractivo para muchas empresas biotecnológicas andaluzas, por sus tiempos de desarrollo relativamente cortos y por no requerir inversiones excesivas en las fases de validación. De hecho, varias biotecnológicas andaluzas desarrollan sistemas de diagnóstico in vitro innovadores muy apreciados por los mercados internacionales. Estos sistemas de diagnóstico son productos sanitarios diseñados para utilizarse “in vitro” y sirven para el examen de muestras procedentes del cuerpo humano con objeto de proporcionar datos sobre estados fisiológicos, estados de salud o de enfermedad, o anomalías congénitas.
A.E.: ¿Qué servicios de CTA pueden interesar más a las empresas del sector?
G.V.: Entre los múltiples servicios que ofrecemos a las empresas para transformar su I+D+i en negocio y riqueza real, las empresas del sector biotecnológico están especialmente interesadas, en estos momentos, en los servicios de apoyo a los procesos de compra pública innovadora que ofrece CTA, ya que trabajamos tanto desde la demanda, ofreciendo apoyo a las administraciones públicas, como desde la oferta asesorando a empresas y universidades. Así, ofrecemos asistencia al comprador (administraciones públicas) para identificar necesidades y soluciones, canalizar el dialogo técnico con la industria y apoyarle en todo el proceso de compra pública innovadora. Al mismo tiempo, le ayudamos a captar fondos complementarios para financiar la operación, por ejemplo del programa Horizonte 2020 de la UE. Por otro lado, asistimos al vendedor (las empresas y las universidades) tanto en la identificación de las necesidades y la canalización del diálogo técnico con las administraciones públicas, como ayudando en la estructuración de ofertas conjuntas y captación de fondos complementarios de I+D+i. Además de los servicios de apoyo a los procesos de compra pública innovadora, otros servicios de apoyo a la internacionalización de la I+D+i o de apoyo al posicionamiento de marca de la empresa, son también muy demandados por las empresas del sector.
BIO
Gloria de la Viña es responsable del sector biotecnológico en CTA. Doctora en Ciencias Biológicas, posee doce años de experiencia como investigadora en los entornos público y privado. Empezó su carrera profesional trabajando como investigadora en el Biotechnology and Biological Sciences Research Council (BBRSC) británico durante seis años. Posteriormente, como directora técnica en la empresa andaluza Newbiotechnic S.L., coordina proyectos de I+D+i empresariales y se especializa en desarrollo del negocio biotecnológico (transferencia de tecnología, cooperación universidad-industria y financiación internacional de la I+D+i). Es Máster en internacionalización de la PYME por la Escuela de Organización Industrial (EOI).
Inma Sánchez