Los laboratorios de análisis medioambiental están sometidos a limitaciones reglamentarias cada vez más estrictas y al análisis de compuestos en cantidades cada vez más bajas, a la vez que deben optimizar sus costes e innovar para poder acceder a nuevos mercados. En este contexto, la elección de un método de preparación de muestras, de un protocolo de análisis o de una tecnología se convierte en una cuestión estratégica tanto para asegurar el futuro más próximo como para anticiparse a la evolución del mercado.

Ramón BouzaLos continuos cambios en las exigencias normativas que tienen lugar en el ámbito de control medioambiental hacen que los laboratorios del sector estén en un proceso de adaptación continuo para ofrecer a sus clientes soluciones a estas exigencias de la forma más económica, rápida y segura. Para ello, contar un sistema de calidad acreditado bajo la norma internacional UNE-EN ISO/IEC 17025:2005 es requisito indispensable para este tipo de laboratorios, ya que garantiza el más alto estándar de competencia técnica existente.

Al margen de demostrar su competencia técnica, cualquier laboratorio medioambiental que se precie debe ofrecer a sus clientes un amplio abanico de posibilidades analíticas que cubran las necesidades de estos en este sector, tanto en parámetros y límites como en matrices. Aunar todo esto no es sencillo para un laboratorio, siendo uno de los principales retos a los que se enfrentan día a día este tipo de empresas.

Mirando hacia el futuro, el principal reto a que tienen sobre la mesa es el de alcanzar los límites de cuantificación que para determinadas sustancias, especialmente microcontaminantes orgánicos, empiezan a aparecer en los últimos documentos normativos en vigor o en fase de borrador, donde se imponen ya necesidades analíticas de cuantificar, por ejemplo, décimas de ng/L en agua para algunos compuestos. Esto hace que la instrumentación necesaria para alcanzar dichos niveles sea muy costosa, así como elevada la cualificación del personal técnico que ha de realizar dichos ensayos.

Estas nuevas exigencias normativas han de ser implementadas por los laboratorios de manera rápida e integrada dentro de su sistema de calidad, mediante procedimientos de ensayo que permitan ofrecer resultados en cortos tiempos y a un coste razonable, al objeto de poder ofrecer a sus clientes un servicio adecuado.

Al objeto de conseguir una mejor relación tiempo-calidad-precio, la automatización de los laboratorios medioambientales es un hecho que ya nadie duda hoy en día, ya que la gran mayoría de ellos trabaja con muestreadores automáticos acoplados a sus equipos instrumentales al objeto de aprovechar al máximo las horas de funcionamiento de estos. No obstante, el reto futuro que se plantean estos laboratorios, dentro de una economía de escala, es dar el salto de la automatización a la robotización, como han hecho ya otro tipo de laboratorios.

De manera paralela, y como no podía ser de otra forma, los laboratorios medioambientales han de ser respetuosos con el medioambiente, no sólo gestionando sus residuos de forma adecuada (aplicando sistemas de gestión medioambiental ISO 14001), sino también tratando de implementar los nuevos métodos de “química verde” existentes que se desarrollan, respetando así el medioambiente como fuente de su negocio.

 

Ramón Bouza

Director Laboratorio AGQ-España en AGQ Labs

Profesor Máster en Gestión del Medio Ambiente en la Empresa de EOI-Escuela de Organización Industrial