La brecha del I+D español con Europa
El gasto en I+D en España ha vuelto a caer pero ralentizando su caída, lo que es reflejo de la salida de la crisis. Concretamente, una caída de sólo el 1,5% en 2014, quedándose en un volumen de 12.821 millones de euros. Aunque se mantiene la tendencia negativa iniciada en 2009, hay una reducción del ritmo de descenso, situándose en 2013 en el 2,8% y en 2012 en el 5,6%.
Hasta el año 2008, el gasto español en I+D creció a un ritmo notablemente superior al de los países de su entorno, pero a partir de ese año, inició un comportamiento divergente al del resto de sus socios comunitarios, reduciendo el gasto en un 6% mientras que Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido lo aumentaban a una media del 21%, lo que ha hecho que la brecha sea mayor.
La brecha con respecto a la UE y la OCDE siguió aumentando en 2014, la mayor desde el año 2002, tanto en el sector público, como en el sector privado. En euros corrientes, el gasto privado descendió un 1,8% con respecto a 2013, mientras que el sector de la administración pública y el de la enseñanza superior reducen ambos el gasto un 1,1%. Aun así, en 2014 el reparto del gasto entre los sectores público y privado se mantiene similar al del año anterior. El peso de lo público todavía está por encima del privado.
En cuanto a personal investigador, hemos sufrido un descenso que sitúa a España 1,1 puntos por debajo del promedio europeo, lejos de los 9,9 de Francia. Por sectores, la mayor reducción del número de investigadores se produce en la administración. Aun así, España cuenta con sólo 3,4 investigadores trabajando en el sector industrial por cada mil empleados, cuando el promedio de la UE es de 5,1.
El dato más grave es la reducción de un 32% menos de empresas que realizan I+D el gasto total se ha reducido un 16%. Esto pone de manifiesto que las empresas que abandonaron la actividad de I+D entre 2008 y 2014 eran las del segmento de menor gasto. Por tamaño de empresa, existe una peculiaridad del sistema español: el elevado porcentaje de la I+D empresarial ejecutada por pymes.
La evolución del comercio exterior de bienes de equipo y de productos de alta tecnología siguen una evolución con saldos negativos en todo el periodo que se mitigan a partir de los años 2008 o 2009, debido, en general, a una reducción de las importaciones y un incremento de las exportaciones. Un caso distinto es el del sector aeroespacial, que mantiene un saldo comercial positivo desde 2009 debido fundamentalmente al aumento de las exportaciones, ocupando en 2014 la novena posición en la cuota del mercado mundial de productos aeroespaciales.
Desde el punto de vista de la financiación de la innovación, se observa que la financiación pública del Estado y de las Comunidades Autónomas ha presentado un elevado grado de volatilidad, lo que es una anomalía que no se observa en los países líderes en innovación. Tras el crecimiento continuado durante la primera década del siglo, los PGE caen en 2015 más de un 30% respecto a su nivel máximo en 2009, y los presupuestos de las CC. AA. descienden algo menos de un 15% respecto al máximo alcanzado en 2010. En 2016, los PGE registraron el segundo aumento consecutivo de los recursos, asignando un total de 6.425 millones de euros, lo que supone un incremento del 0,5% respecto a 2015.
Compra pública innovadora e incentivos fiscales
La Administración cuenta con otros instrumentos para la financiación de la innovación: la compra pública innovadora, a la que ha destinado 285,5 millones de euros en el periodo 2007-2014, y los incentivos fiscales a la I+D y la innovación, a los que el presupuesto de beneficios fiscales asigna 694 millones de euros en 2016.
Por su parte, el sector privado financia el 82% de la actividad de I+D empresarial, correspondiendo sólo el 18% restante a la financiación procedente del sector público y el extranjero. El programa Horizonte 2020 de la UE es la principal fuente de fondos procedentes del extranjero, del que España ha conseguido retornar 1.100 millones de euros los años 2014 y 2015, un 9,7% del presupuesto total del programa.
El volumen anual de crédito destinado a actividades de I+D por parte del sector financiero es pequeño, y se ha visto reducido en un 72% en el periodo 2011-2014. Había un problema considerado como muy importante por más de tres cuartas partes de los expertos y se refiere a la falta de participación de los agentes financieros españoles en la financiación de la innovación.
La innovación social: punto fuerte de España
Hay una fortaleza que define a nuestro país frente a otros: la innovación social, entendida como nueva solución al problema social, que siendo más efectiva, eficiente, sostenible y justa que las actuales soluciones, genera valor para toda la sociedad, más que a individuos concretos.
La innovación en la economía circular y colaborativa se está desarrollando rápidamente en los últimos cinco años, mediante nuevos modelos de negocio, aplicaciones y servicios sociales que generan una sociedad más distributiva en servicios y calidad de vida frente a parámetros puramente economicistas.
Contamos con entidades que se dedican en exclusiva a la promoción e impulso de la innovación social, con fondos de inversión social, y con plataformas de emprendimiento consolidadas. Se observan también carencias como la falta de un marco regulatorio conductivo de la innovación social, la ausencia de tolerancia al fracaso y la falta de un sistema educativo que estimule la innovación y el pensamiento crítico.
Parques Tecnológicos: Hubs del I+D
La Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España (APTE) es una asociación sin ánimo de lucro cuyo objetivo principal es colaborar, mediante la potenciación y difusión de los parques científicos y tecnológicos, a la renovación y diversificación de la actividad productiva, al progreso tecnológico y al desarrollo económico.
Está ubicada en la Sede Social del Parque Tecnológico de Andalucía (Málaga) y se creó en 1989 por los gerentes de los seis primeros parques que surgieron en España.
Actualmente, cuenta con 64 parques miembros repartidos por toda la geografía española: 24 de estos parques están promovidos por universidades y 46 universidades españolas colaboran con todos ellos. Estos parques albergaban a finales de 2014 a 6.452 entidades que facturaron 22.327 millones de euros. Estas empresas proporcionan empleo a más de 151.500 personas, de las que 30.968 se dedican a tareas de I+D.
I+D TIC: Plataformas tecnológicas
Las plataformas tecnológicas son estructuras público-privadas de trabajo en equipo lideradas por la industria, en las que todos los agentes del sistema español de Ciencia-Tecnología-Innovación interesados en un campo tecnológico trabajan conjunta y coordinadamente para identificar y priorizar las necesidades tecnológicas, de investigación y de innovación a medio o largo plazo.
Su principal objetivo es conseguir los avances científicos y tecnológicos que aseguren la competitividad, la sostenibilidad y el crecimiento de nuestro tejido empresarial, alineando las estrategias de los diferentes agentes y concentrando los esfuerzos de I+D.
El sector TIC sigue siendo uno de los más relevantes del sistema español de innovación. La transversalidad de su actuación hace que la digitalización se cuele en cualquier proceso de investigación, plasmándose muchas veces los resultados en un programa informático en su área de especialidad.
Uno de los elementos que vertebra esta actividad en España lo constituye el área transversal de I+D+i de AMETIC. En este área, se encuentran incluidas actividades como la de Smart Cities, que reúne actualmente a las 129 empresas, los contenidos digitales o la Industria Conectada 4.0. La interrelación con varias de las plataformas tecnológicas, la red Innpulso o AENOR, permite reforzar el papel que las tecnologías juegan en el sistema español.
Foro Transfiere para la transferencia de tecnología
Uno de los ingredientes más relevantes del ecosistema de innovación español se produce en Málaga anualmente: se trata del mayor foro de intercambio de conocimiento y de transferencia de tecnología entre el sector investigador y las empresas, el Foro Transfiere, que va a celebrar el año que viene su sexta edición. Tuve el honor de ser miembro fundador del mismo en 2011, bajo el impulso de FYCMA y del PTA.
En el encuentro de 2016 estuvieron presentes instituciones de 29 países, 3.530 profesionales, 1.159 empresas – entidades, 163 grupos de investigación, 37 universidades, 37 plataformas tecnológicas y 147 ponentes en 28 paneles temáticos. Se trata de un congreso muy consolidado a escala nacional y que cuenta con el apoyo de todas las administraciones, universidades y las empresas más punteras nacionales en innovación.
Conclusión
Para reducir la brecha nuevamente abierta con nuestros socios comunitarios y volver a la situación de convergencia en materia de I+D previa a la crisis, es fundamental continuar con la tendencia de incremento tanto de los presupuestos públicos (PGE) como la vuelta de las empresas a esta actividad. El volumen de crédito destinado a actividades de I+D por parte del sector financiero debe aumentar radicalmente. Para que esto ocurra, nuestra sociedad debe cambiar en uno de los aspectos más complejos: la tolerancia al fracaso; superar esta barrera psicológica es condición para poder incentivar el emprendimiento a través de procesos innovadores. Finalmente, es esencial que nuestro sistema educativo sea el primer elemento que estimule la innovación y el pensamiento crítico, pilares del progreso en todos sus aspectos.
Adolfo Borrero Villalón
Presidente de las Comisiones de Smartcities de CEOE y de AMETIC
