Gas Natural Fenosa alcanzó en el primer semestre de 2016 un beneficio neto de 645 millones de euros, el 6,5% menos en términos homogéneos, es decir, sin el efecto de la depreciación de las divisas y de los impactos positivos no recurrentes del primer semestre de 2015.
Así, el EBITDA de los primeros seis meses del año alcanzó los 2.457 millones de euros, con un descenso del 0,4% en términos comparables con el EBITDA del mismo periodo del ejercicio anterior, una vez re-expresado por la discontinuidad del negocio del gas licuado del petróleo en Chile. El EBITDA del semestre se vio afectado por un entorno energético y macroeconómico muy exigente, en el que los tipos de cambio tuvieron un impacto negativo de 114 millones de euros.
Pese a este complicado escenario, que afectó especialmente a los negocios de aprovisionamiento y comercialización de gas y a las actividades reguladas en Latinoamérica, los resultados de Gas Natural Fenosa demuestran la solidez de su modelo de negocio. La actividad de distribución de gas aportó el 33,8% del EBITDA, la de distribución de electricidad, el 27,1%, y la de electricidad y gas, el 20,4% y el 17,2%, respectivamente.
En cuanto a la distribución geográfica, el 55,7% del EBITDA entre enero y junio provino de las operaciones en España (+2,2%), frente al 44,3% que correspondió a las actividades internacionales (-15,1%).
Las inversiones brutas del primer semestre ascendieron a 655 millones de euros, con un descenso del 7,5%. El principal foco inversor se situó en la actividad de distribución de gas natural, que representó el 41% del total consolidado, frente al 40% de la distribución de electricidad.
Con respecto al nivel de endeudamiento se sitúo en el 45,7% a 30 de junio, frente al 47,6% en la misma fecha de 2015. La deuda financiera neta, situada en 15.832 millones de euros, bajó el 5,4% respecto de la registrada en el primer semestre del año pasado. El 89,2% de la deuda tiene vencimiento igual o posterior al año 2018 y su vida media se sitúa en 5,4 años.