Apple ha señalado que, al igual que Irlanda, tiene la intención de presentar un recurso contra la decisión de la Comisión Europea, que decidió que el país otorgó ventajas fiscales indebidas a la empresa por valor de hasta 13.000 millones de euros y obliga a su devolución.

En una carta abierta, el consejero delegado de Apple, Tim Cook, ha asegurado que el dictamen de la Comisión “no tiene precedentes y sus implicaciones son graves y de gran calado. Lo que propone en realidad es sustituir las leyes fiscales irlandesas por otra versión, la que la Comisión opina que debería haber sido”.

Para Cook, esto supondría “un golpe demoledor para la soberanía de los Estados miembros de la Unión Europea en lo referente a sus propios asuntos fiscales y al principio de la certidumbre del régimen jurídico en Europa” y confía en que la orden de la Comisión “quede sin efecto”.

“En el fondo, el caso presentado por la Comisión trata no tanto sobre cuánto dinero paga Apple en impuestos, sino sobre qué gobierno recauda ese dinero”, afirma el consejero delegado, quien advierte que la decisión se centra “obviamente en Apple, pero su efecto más profundo y perjudicial se notará en las inversiones y la creación de empleo en Europa”.

“La Comisión Europea ha iniciado una campaña para reescribir la historia de Apple en Europa, ignorar las leyes fiscales de Irlanda y de paso cambiar radicalmente el sistema internacional en materia tributaria”, lamenta Cook, quien ha reconocido que ahora se encuentran “en la situación excepcional de que se nos requiera el pago retroactivo de impuestos adicionales a un gobierno que afirma que no le debemos nada más de lo que ya hemos pagado”.

“Nunca pedimos y nunca recibimos ningún tipo de tratamiento especial”, reitera, y reafirma que su empresa está “comprometida con Irlanda y es nuestra intención seguir invirtiendo allí, creciendo y sirviendo a nuestros clientes con la misma pasión y dedicación de siempre”.