En el pasado mes de agosto se declararon 192 concursos por parte de sociedades mercantiles, un retroceso del 4,48% respecto a agosto de 2015, según los datos procesados por Axesor. Con esta bajada, los concursos de acreedores cumplen 34 meses consecutivos de caída.

En los ocho primeros meses del año, se llevan iniciados 2.677 concursos, una caída del 20,6% frente al mismo periodo de 2015 y el dato más bajo para ese periodo desde el año 2008.

Según Axesor, el año podría cerrar en el entorno de los 4.000 concursos, o incluso por debajo, que sería el mejor dato desde el año 2008 meses consecutivos de caída en la comparativa interanual. Esta situación viene motivada, entre otros factores, por las reformas legales emprendidas en materia concursal a lo largo de los últimos años, que han facilitado, sobre todo, la consecución de acuerdos en la fase pre-concursal, antes de la declaración del mismo, y también la buena marcha de la economía.

Axesor pronostica que el PIB cerrará el ejercicio en niveles próximos al 3%, a pesar de la incertidumbre política, que es, en estos momentos, uno de los principales factores negativos sobre la economía. Desde el año 2008 se han iniciado en España casi 48.000 concursos de acreedores y la inmensa mayoría de ellos han desembocado en el cierre de la empresa afectada.

Por sectores, el de actividades comerciales fue clave para que el mes pasado los concursos volvieran a retroceder: se declararon 33 concursos en este segmento, un ajuste del 28,26%. Sin embargo, los concursos crecieron en la construcción un 21,05%, con 46 nuevas incidencias. Con el incremento interanual registrado por la construcción ya no queda ningún sector que haya conseguido caer en los 34 meses consecutivos que arrastra la estadística general, todos los sectores han registrado algún incremento en algún mes de ese largo periodo.

Los principales responsables del ajuste de la estadística concursal siguen siendo los sectores de la construcción (594 incidencias en 2016, un retroceso del 30%) y comercio (563 nuevas insolvencias judiciales, un 21,1% menos comparado con 2015). La “asignatura pendiente” sigue siendo dotar a la fórmula concursal de un carácter de verdadera segunda oportunidad, ya que, por término medio, más del 95% de las empresas afectadas por un concurso de acreedores termina cerrando.