El servicio de estudios de BBVA mantiene las previsiones de crecimiento dadas a conocer en el mes de agosto, del 3,1% para 2016 y del 2,3% para 2017.

Respecto al informe presentado en mayo, las perspectivas de crecimiento han mejorado para el presente año, como consecuencia del impacto de los vientos de cola que favorecen a la economía española. Entre estos últimos se encuentran una política monetaria expansiva, reducidos precios del petróleo, un mayor impulso fiscal del previsto y la incertidumbre en mercados competidores del sector turístico español, según lo han señalado Jorge Sicilia, economista jefe del Grupo BBVA y director de BBVA Research, y Rafael Doménech, responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research, en la presentación del Observatorio Económico de España.

Sin título-1Hacia delante, se espera una ralentización del crecimiento dada la realización de algunos eventos de riesgo (brexit), la expectativa de una política fiscal menos favorable y el impacto que pueda tener la incertidumbre sobre la política económica que pueda implementarse durante los próximos años. “En todo caso, el crecimiento esperado permitirá la creación de alrededor de ochocientos mil puestos de trabajo y la reducción de la tasa de paro hasta el entorno del 18,2% al final de 2017“, detalla.

La demanda doméstica privada ha sido el elemento que más ha potenciado el crecimiento de la economía en el segundo trimestre de 2016, a pesar de la incertidumbre existente. Asimismo, se espera que este factor continúe siendo igual de influyente durante los próximos trimestres. “Como resultado, el consumo privado crecerá alrededor del 3,3% en 2016, seis décimas más de lo previsto en mayo”.

En cambio, se prevé que el crecimiento del gasto interno en 2017 sea cuatro décimas menor de lo esperado en mayo (2,3%), como consecuencia del deterioro del escenario económico y la elevada incertidumbre sobre la política económica y la derivada del brexit.

Según BBVA Research, las administraciones públicas siguen aplicando una política fiscal ligeramente expansiva, por lo que el déficit de 2016 se reducirá tan solo 0,6 pp hasta el 4,4% del PIB, por debajo del nuevo objetivo de estabilidad (4,6%), a pesar del elevado crecimiento del PIB.

“Para 2017 se espera que las cuentas públicas mejoren, pero en un escenario sin cambios en la política fiscal, el déficit se reduciría tan sólo hasta el 3,6% del PIB, y superaría el objetivo presupuestario fijado en el 3,1%”, destaca.