En Andalucía, la industria turística está consolidada como uno de los principales sectores económicos, tanto por volumen como por generación de empleo y capacidad de crecimiento. También es cierto que, en los últimos años, se ha vivido una situación de grandes dificultades, donde la competencia turística se ha incrementado y el crecimiento de la economía irregular y sumergida se ha multiplicado notablemente.

Sin embargo, el sector turístico andaluz ha mantenido su responsabilidad y compromiso con la calidad para seguir reinventándose y adaptándose a las exigencias del mercado, y para continuar siendo un destino y una industria líder. Para lograrlo, el sector ha invertido fundamentalmente en reformas, en la mejora de sus instalaciones y establecimientos, en la eficiencia energética, en más tecnología, en medio ambiente, en calidad, y lo ha realizado en un difícil escenario financiero y a costa de la rentabilidad empresarial, con recursos propios en la mayoría de los casos.

Javier González de LaraComo botón de muestra, en el 2015 el sector turístico andaluz invirtió más de 150 millones de euros -sólo en la Costa del Sol, 85 millones de euros-, y en el 2016 se prevé una inversión cercana a 80 millones de euros en nuestra región. Asimismo, el turismo ha sido uno de los sectores que ha resistido mejor que otros la crisis económica.

Sin duda, parte de esta fortaleza es consecuencia de la imagen y marca de Andalucía como destino turístico, y también por la fidelidad de todos cuantos conocen y visitan Andalucía, por nuestros recursos, nuestra diversidad, nuestras infraestructuras y, sin duda, por nuestras empresas y sus trabajadores.

Todos estos elementos nos sitúan en un momento clave para modernizar nuestra industria turística, para poner en marcha medidas destinadas a cualificar destinos y dotar, en general, a todo el sector de una mayor eficiencia, competitividad y productividad. También para combatir la fuerte estacionalidad a la que aún se enfrentan nuestras empresas, con el fin de mitigar su impacto sobre el empleo.

Consideramos que la transformación de la actividad turística es muy necesaria, porque la creciente competencia y la irrupción de la economía digital y colaborativa son factores que están obligando a esta industria a avanzar en su transformación, y que suponen un nuevo reto y una fortaleza para seguir creciendo, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.

Del mismo modo, también el sector se encuentra ante un nuevo y reciente desafío, el ‘Brexit’, que puede incidir sobre todo en nuestro ámbito empresarial, y muy especialmente sobre el turístico, pero que debemos también ver como una nueva oportunidad, para hacer las cosas de otra forma, para mejorar, para atraer más inversiones, para construir mecanismos que contribuyan a una mayor fidelización de nuestros mercados.

En este sentido, los empresarios, a través de CEA, hemos negociado y suscrito a finales del pasado mes de julio la denominada Alianza por un Turismo Innovador y Competitivo en Andalucía, con la que se pretende posicionar de forma conjunta a administraciones, empresas y trabajadores hacia las nuevas demandas y necesidades del turismo, y así seguir manteniendo y generando más y mejor empleo. Hasta ahora nos hemos dotado de un nuevo Plan General de Turismo Sostenible, hemos aprobado de forma consensuada la Estrategia Integral para el Fomento del Turismo de Interior y hemos impulsado la actualización de parte de la normativa turística. Ahora consideramos que esta Alianza nos pone en el buen y necesario camino para seguir fortaleciendo el peso de la industria turística andaluza en el conjunto de la economía de nuestra región y del relevante papel que está llamada a seguir desempeñando en nuestro sistema productivo.

Este acuerdo evidencia la importancia del diálogo social como método de trabajo para, con el consenso y la colaboración de todos, lograr los grandes objetivos que Andalucía necesita. Hoy en día, las políticas no se deben imponer, porque la sociedad exige un proceso de participación amplio y una presencia directa de los agentes económicos y sociales más representativos en cualquier cuestión que les afecte.

La citada Alianza define una ruta que va más allá de la simple planificación y aborda el empleo, la reducción de cargas administrativas, la ordenación, el fomento, la sostenibilidad, etc. con una visión ampliada y horizontal, abierta a la participación de otras administraciones y a los propios patronatos de turismo.

En conclusión, en Andalucía nos hemos puesto a caminar juntos para lograr la necesaria transformación del turismo andaluz de manera sostenible y para que siga siendo una actividad económica y empresarial de primer orden y un motor de crecimiento, desarrollo y generación de empleo y bienestar social. Nuestra industria turística, que es más que nunca la “industria de la paz”, goza de buena salud social, consecuencia también de la “fuerza del diálogo”.

 

Javier González de Lara

Presidente de la CEA