Las proyecciones macroeconómicas de la economía española para el periodo 2016-2018 contemplan una prolongación del período de expansión de la economía española, aunque a un ritmo más moderado que el observado recientemente.

2039774521_0961cce6ed_o-439x330Así lo ha señalado en su boletín económico el banco de España, que ha situado el crecimiento del PIB en el 3,2% este año, antes de desacelerarse hasta el 2,3% y 2,1% en 2017 y 2018, respectivamente.

Esta desaceleración “se explicaría por la pérdida de pujanza de algunos de los factores que han impulsado la actividad en la etapa más reciente, como la bajada del precio del petróleo y de los tipos de interés, la depreciación del euro o la orientación expansiva que ha adoptado la política fiscal en los dos últimos ejercicios”, señala el organismo.

En comparación con las proyecciones precedentes, publicadas el pasado 7 de junio, estas cifras suponen un aumento de 0,4 pp de la tasa de avance del PIB prevista para este año. Esta revisión se explica por una evolución de la actividad más favorable de la prevista en junio tanto en el segundo trimestre como en el período posterior.

En el mercado de trabajo, se prevé que se continúe creando empleo a tasas elevadas, con crecimientos reducidos de la productividad aparente de este factor productivo, como es habitual en las fases expansivas de la economía española. La creación de empleo permitirá disminuciones adicionales de la tasa de paro, que al final de 2018 se situaría algo por debajo del 17 % de la población activa.

Por su parte, en el ámbito de los precios, el organismo estima que, tras registrar un retroceso del 0,3 % en 2016, el IPC podría crecer en torno a un 1,5 % en 2017, y una décima más en 2018, en línea con la recuperación proyectada para el precio del crudo y para la inflación subyacente, que repuntará gradualmente como consecuencia del aumento en el grado de utilización de los factores productivos.