La refinería La Rábida y la Planta Química de Palos, los dos centros industriales que Cepsa tiene en Huelva, han cumplido en 2015 con las exigencias legales y han situado sus valores de emisión por debajo de los límites autorizados exigidos, a pesar de que ambos han experimentado un importante incremento de producción.
Así, la Refinería La Rábida obtuvo el récord de destilación, con 8,9 millones de toneladas, y un incremento de carga a diferentes plantas y unidades, la más alta desde su puesta en marcha en 1967. Del mismo modo, la Planta Química de Palos experimentó un incremento en la producción de todos los productos petroquímicos superando, por primera vez, el millón de toneladas de ventas.
En lo que se refiere a la inversión medioambiental, en 2015 se alcanzaron los 11,4 millones, lo que supone un incremento del 19% respecto a 2014. Este importe se destinó, entre otros, a proyectos relacionados con la mejora de la eficiencia energética, la reducción de emisiones atmosféricas y el tratamiento de los efluentes líquidos. Con respecto a los gastos ambientales, en 2015 se han alcanzado los 35,2 millones de euros, acumulando desde 1997 la cantidad de 378,4 millones.
Concretamente, en La Refinería La Rábida las concentraciones medias anuales de emisiones a la atmósfera se situaron entre el 11 y el 26% del límite permitido en 2015; el volumen de efluentes en el principal punto de vertido fue un 21% inferior al autorizado; el índice de eficiencia energética se situó en el 84,9%; y la cantidad total de residuos fue de 12.855 toneladas.
Además, ha reducido en 2015 el porcentaje de azufre de gasóleo y gasolina de automoción un 27 y un 30% respectivamente, respecto a la obligación legal. En esta línea, Cepsa, en su apuesta por la innovación, presentó en 2014 un nuevo combustible de uso marítimo denominado DMB 0,1%. Dicho producto, que posee únicamente un 0,1% de azufre, permitió a la compañía adelantarse a la nueva normativa MARPOL (Convenio Internacional para prevenir la contaminación por los Buques) que se aplicó a partir de 2015 a todos los barcos que naveguen por las zonas de Emisión Controlada de Azufre o ECAs (Norte de Europa, Estados Unidos y Canadá).
Por su parte, en la Planta Química de Palos en 2015, el nivel de producción ha sido de 1.078.183 toneladas, lo que ha supuesto un incremento del 20,5% respecto a 2014; en efluentes líquidos se vertieron 922.443 metros cúbicos, un 16,1% menos del volumen anual autorizado; y se gestionaron 2.858 toneladas de residuos.
Con respecto a las emisiones a la atmósfera, al utilizarse únicamente combustibles gaseosos, prioritariamente gas natural, como combustible en los procesos de producción del centro petroquímico, las emisiones de partículas y SO2 son mínimas, quedando por debajo de los límites de detección y la media anual de emisiones de NOx se mantiene por debajo de los límites establecidos por la legislación aplicable.
Finalmente, la Planta Química de Palos dispone de un índice de consumo de energía calorífica por tonelada de producto fabricado que en el año 2015 fue un 11,3% inferior al de 2014, confirmando la reducción significativa obtenida respecto a los valores de los años anteriores en eficiencia energética.
De este modo, y en cuanto al cumplimiento de los objetivos totales ambientales marcados para 2015, el resultado alcanzado fue muy similar en los dos centros, del 98%. José Antonio Agüera, director de la Refinería La Rábida, y Agustín Bonilla, director de la Planta Química de Palos, han subrayado que “hacer públicos año a año los datos ambientales de Cepsa no sólo es un ejercicio de responsabilidad social y de transparencia informativa; el compendio de declaraciones es un informe preciso de la evolución que los centros han experimentado, del esfuerzo inversor y la voluntad constante por mejorar anualmente, con cada proyecto, aplicando la mejor tecnología y procesos para mantenerse como referentes en cuanto a su comportamiento medioambiental”.