Nacen hoy con ilusión estas primeras líneas de Enfoques del sur que el tiempo irá depurando, afrontadas con altas dosis de humildad y que no pretenden sino destacar algunos acontecimientos que repercuten directa o indirectamente en la vida social y personal de los andaluces y andaluzas y que merecen ser conocidos y quizá reflexionados. En este primer paso en el largo camino que -espero- me queda por recorrer, con el acierto que tal vez la experiencia me podrá otorgar, me resulta casi obligatorio centrarme en las señas que las distintas manifestaciones de la cultura andaluza nos están dejando desde comienzos de 2006. Para comprender la magnitud de éstas, es imprescindible entender que el concepto es enormemente amplio y abarca todo lo que la idiosincrasia andaluza quiera otorgarle, pero además lo que el devenir de los tiempos le proporcione y reclame para adaptarse a las nuevas características de la sociedad.

La referencia de Andalucía como uno de los destinos turísticos más atractivos del mundo es hoy por hoy un valor seguro, con muchos y diversos matices y perspectivas, del que todos debemos ser conscientes. Para empezar y más allá de la imagen exterior proyectada, es innegable el beneficio económico que genera para la región, pero podríamos entender que, además, ello comporta una serie de obligaciones orientadas a potenciar esa innegable fuente de riqueza, desde nuestro propio ámbito profesional y en la medida de nuestras posibilidades. Más allá, estamos implicados como individuos que tienen la capacidad personal, la suerte y la oportunidad de elegir, entre la amplia oferta que Andalucía está construyendo desde hace tiempo, de una manera más o menos acertada, qué nos enriquece culturalmente y amplía nuestro bagaje. Es decir, tenemos la suerte impagable de convertirnos en curiosos y activos participantes de nuestra propia oferta cultural, tomando parte en los acontecimientos y ofreciendo nuevas fórmulas que potencien la imagen externa de Andalucía. Escenarios éstos, para los que sin duda cada uno debe construirse el traje a la medida de las necesidades e inquietudes del personaje que decida representar.

El turismo es hoy una amalgama de sensaciones que provienen desde áreas temáticas bien diversas: el sol y la playa; la salud; el deporte; la naturaleza; los monumentos y las costumbres; las reuniones y congresos; el idioma y un largo etcétera en el que cada individuo debe decidir qué es lo que más le aporta e interesa y cómo y de qué manera quiere verse implicado en ella. Así es como se presenta Andalucía en la Feria Internacional de Turismo (Fitur), que celebró su XXVI edición en Madrid entre el día 25 y 29 de enero, y donde quienes forman parte del entramado turístico acudieron con la consigna común de consolidar a la región como uno de los destinos más atractivos del mundo con capacidad para posicionarse como referente de innovación y calidad. Además de ser una plataforma inevitable para la promoción y comercialización de destinos, productos y servicios turísticos, Fitur es hoy todo un acontecimiento social que en su pasada edición reunió a casi 12.000 empresas de 170 países y registró más de 300.000 visitantes entre profesionales y público y donde los contactos y el intercambio de información y ofertas a todos los niveles acaban generando sus frutos a corto, medio o largo plazo.

Desde luego que también es un enclave excepcional para dibujar el paisaje con las nuevas perspectivas de futuro que el comienzo del año le ha dado a Andalucía. De entrada y como si de un regalo de Reyes se tratara, el anuncio de la ampliación del Museo de Bellas Artes de Sevilla mediante la conversión del cercano Palacio de Monsalves en la segunda sede de la institución llegó el día 5 de enero. La importancia del proyecto es incuestionable, sobre todo si tenemos en cuenta que el Museo andaluz, la segunda pinacoteca más importante de España, sólo detrás del Museo del Prado, sólo puede exponer el 30% de sus fondos por la carencia de espacio. Además, el nuevo proyecto, pendiente de cerrar algunos aspectos, permitirá la recuperación de una Casa-Palacio, cuyos comienzos se remontan al siglo XV y que ha llegado hasta nuestros días con las características renacentistas que le dotó su última remodelación a principios del XX. El nuevo proyecto, definido como el museo del siglo XXI, ha nacido tras años de debates que han enriquecido la propuesta final, porque sólo del diálogo nacen las buenas ideas, y viene a otorgar a Sevilla otra seña de identidad como ciudad cultural ante el mundo, con la enorme repercusión económica y social que este flujo turístico generará.

También Granada ha reforzado su imagen mundial, gracias a la designación de La Alhambra como el único monumento español que opta a la final de las nuevas siete Maravillas del Mundo, junto con otros 20 candidatos, entre los que se encuentra el Machu Pichu, la Torre Eiffel, el Coliseo Romano, el Kremlin o la Acrópolis de Atenas. La decisión será en enero de 2007. Mientras el proceso de selección se realizará mediante votaciones hasta el 31 de diciembre en la página http://www.cms7w.com >www.cms7w.com

Sin lugar a dudas, dos acontecimientos que dejarán sus huellas en Andalucía, como también las vienen dejando, aunque a otro nivel, las ferias que potencian los aspectos más tópicos, pero no por ello menos importante, de Andalucía. La celebración a comienzos del mes de febrero del XII Salón Internacional de la Moda Flamenca (Simof 2006) y de la IX Feria Mundial del Toro vienen a consolidar un año más sus características y han acabado por convertirse en una pasarela de celebridades en torno a los tipismos andaluces que, por otra parte, tantos puestos de trabajo generan en la región.

Dejándome en el tintero un número elevado de noticias relacionadas con el mundo cultural andaluz, de diferente procedencia y calibre, quisiera dejar la puerta abierta al que será sin duda el acontecimiento social más importante del mes de febrero: la celebración el día 28 del Día de Andalucía, un buen momento para hacer pública la repercusión social que la labor de algunos andaluces y andaluzas tiene, con las concesiones de las tradicionales distinciones, de las que tendremos noticias casi terminando el mes y de la que hablaremos en el próximo capítulo.