El informe de la OIT, Non-standard employment around the world: Understanding challenges, shaping prospects (El empleo atípico en el mundo: Retos y perspectivas), destaca las políticas necesarias para mejorar la calidad de los empleos atípicos.
“Las formas atípicas de empleo no son nuevas, pero se han convertido en una característica más generalizada de los mercados laborales contemporáneos. Debemos garantizar que todos los empleos ofrezcan a los trabajadores una remuneración adecuada y estable, protección contra los riesgos profesionales, protección social y el derecho a organizarse y a negociar colectivamente”, declaró Deborah Greenfield, directora general adjunta de Políticas de la OIT. “Y que los empleados conozcan la identidad de su empleador”, agregó.
Los empleos atípicos pueden facilitar el acceso al mercado laboral. Además, si bien pueden ofrecer cierta flexibilidad a los trabajadores y a los empleadores, el informe advierte que el empleo atípico con frecuencia está asociado con una mayor inseguridad de los ingresos.
En países donde el empleo atípico está muy extendido, los trabajadores corren el riesgo de pasar de este tipo de empleo al desempleo. Los trabajadores en empleo temporal pueden estar sujetos a desventajas salariales de hasta 30% en comparación con los trabajadores permanentes que realizan trabajos similares.
“El uso extendido de las formas atípicas de empleo puede incrementar la segmentación del mercado laboral y producir una mayor volatilidad del empleo, con consecuencias sobre la estabilidad económica. La investigación muestra que los trabajadores temporales y los que realizan trabajo a pedido tienen mayores dificultades para acceder al crédito y a la vivienda, lo cual retrasa la formación de una familia”, explicó Philippe Marcadent, Jefe del Servicio que realizó el informe.
Contratos de cero horas
El informe identifica las principales tendencias en las modalidades atípicas de empleo. En los países industrializados, la diversificación del trabajo a tiempo parcial en “muy pocas horas” o “trabajo a pedido”, incluyendo los contratos de “cero horas” (sin un mínimo de horas garantizadas), presenta paralelismos con el trabajo ocasional en los países en desarrollo. En el Reino Unido, el 2,5% de los empleados tenían contratos de cero horas a finales de 2015. En Estados Unidos, el 10% de la población activa tiene horarios de trabajo irregulares o imprevisibles, como en el caso del trabajo a pedido, los trabajadores con los ingresos más bajos son los más afectados.
En Bangladesh e India, cerca de dos terceras partes del empleo asalariado es ocasional; en Mali y Zimbabue, uno de cada tres empleados es un trabajador ocasional. En Australia, donde el empleo ocasional es una categoría específica, uno de cada cuatro trabajadores está empleado como trabajador ocasional.
Los países asiáticos han experimentado un aumento de diversas formas de trabajo subcontratado, externalizado o en régimen de sesión temporal. En la industria manufacturera de India, los contratos de trabajo llegaron a 34,7% en 2011-12, a partir de niveles mínimos a principios de los años 1970.
Si bien las formas de trabajo atípico se han extendido, el informe constató importantes divergencias en su uso entre una empresa y otra, aún en el mismo país y sector. En las empresas del sector privado de más de 150 países, más de la mitad no hacían uso del contrato temporal, mientras que 7% lo utilizaban intensivamente (con más de la mitad de su fuerza de trabajo con contratos temporales).