Definitivamente no hay voluntad política de hacer justicia con los autónomos. Somos las principales víctimas de esta crisis.

Este año han caído en Andalucía algo más de cien mil autónomos. Cien mil personas a la calle sin derecho a subsidio de paro y, en la inmensa mayoría de los casos, hipotecados hasta las cejas, porque los autónomos respondemos de todo con nuestras casas y nuestros haberes. Si nos arruinamos lo hacemos a conciencia.

Me van a permitir que les hable de mí, pues es el mejor ejemplo que conozco de autónomo. Tengo catorce empleados        -todos fijos- por los que pago cada mes una media de 500 euros de Seguros Sociales por cada uno. Por el mío pago 600 euros desde hace treinta años sin haber estado un sólo día de baja. Pues bien, con el actual sistema a cualquiera de ellos le quedará más jubilación que a mí.

Para complementar esa presumible baja pensión, hace algunos años decidí hacerme un plan de pensiones. Tenían una rentabilidad media aceptable y desgravaban. Hace ya dos o tres años esa rentabilidad cayó en picado y el gobierno de turno anuló de sopetón la desgravación.

¿Cuántos españoles hay hoy en día en esa situación? Con un dinero suyo y legal del que no pueden disponer hasta que pasen la tira de años y valga menos que una rama de perejil. Dinero que las grandes sociedades financieras manejarán a su gusto y antojo años y años y del que recibiremos -en el mejor de los casos- las migajas.

Señores gobernantes: ¿Por qué no aprueban una ley para que podamos rescatar esos ahorros, que son nuestros, y podamos poner un parche hasta que pase la tormenta? Al fin y al cabo han inyectado ustedes 'tropecientos' mil millones a los grandes bancos para sacarlos del agujero. Millones de dinero público; es decir, nuestros también. ¿Por qué a ellos sí y a nosotros no? Aliviarían muchas situaciones graves, evitarían muchos despidos e inyectarían una cantidad bastante apreciable que aumentaría el consumo.

¡Ah!, claro, es verdad; eso no les gustaría demasiado a sus amigos los grandes bancos y tal. Pues nada, perdonen ustedes las molestias y hasta otra.