La optimización en el uso de la energía se ha convertido en la actualidad en un objetivo primordial en todos los ámbitos, tanto sociales como empresariales, y es un aspecto esencial de la estrategia europea para un crecimiento sostenible en el horizonte 2020.

Fruto de ello, se han emprendido una serie de medidas legislativas, tanto a nivel europeo como a nivel estatal y autonómico, para contribuir al uso racional de la energía que conllevan la consecución de ahorros energéticos que permitan un desarrollo social sostenible.

Silvia FernándezEl Real Decreto 235/2013 exigía ya la certificación energética para todos los edificios de viviendas, instalación comercial o industrial y edificios públicos.

El Real Decreto 56/2016 de transposición de la directiva 27/2012 de Eficiencia energética, establece por primera vez la obligación de llevar a cabo una auditoría energética, cada cuatro años, a todas las grandes empresas para mejorar su consumo energético. Las grandes empresas son aquellas que tienen más de 250 trabajadores contratados o cuyo volumen de negocio supera los 50 millones de euros o su balance excede los 43 millones de euros.

La norma regula también las condiciones y los requisitos que deben cumplirse para la acreditación de los proveedores de servicios energéticos y auditores energéticos, con el objetivo de que el mercado funcione de manera correcta, transparente, y siempre orientado a la calidad. En este contexto nace la figura profesional del gestor energético o auditor energético, como un profesional multidisciplinar con cualificación y competencias para desarrollar el ciclo completo en la gestión de la eficiencia energética.

Aunque no existe ninguna normativa estatal, sí autonómica, que regule su actividad, se prevé que será una de las posiciones más demandadas por el mercado laboral en los próximos años.

Las principales funciones de un gestor energético, tanto en edificación como en instalaciones e industria, son:

– La realización de un seguimiento continuo del consumo energético.

– La detección de posibles desviaciones, la determinación de sus causas y la definición de las medidas a adoptar.

– La verificación del correcto mantenimiento de las instalaciones como medida preventiva a un incremento en el consumo energético.

– El control de los suministros de energía y el análisis para la posible optimización de los contratos.

– La motivación y concienciación del personal para lograr un ahorro energético.

– La identificación de nuevas oportunidades de ahorro energético mediante la aplicación de nuevas tecnologías y el análisis de su viabilidad económica.

– La realización de un seguimiento de la implantación de estas nuevas tecnologías y su posterior análisis de los resultados.

– Reportar a la dirección los resultados obtenidos en los análisis.

A priori, el perfil del gestor energético se relaciona con un profesional con Titulación Universitaria Técnica de Grado Medio o Superior (Ingeniería, Arquitectura Técnica o Superior), con conocimientos avanzados en eficiencia energética de instalaciones y/o edificios, acreditados a través de la realización de un curso de especialización en eficiencia energética. Actualmente, existen en el mercado diferentes cursos especializados impartidos por organizaciones y centros de formación acreditados y reconocidos en su sector.

 

Silvia Fernández

Key Account Manager (KAM) de Adecco Energéticas