El año 2016 no ha pasado desapercibido en AIQBE, por varias e importantes razones. Por un lado, la Asociación ha cumplido 30 años, consolidándose así como una de las más veteranas e implantadas del sector en Europa, lo que le da un enorme capital reputacional y relacional.

Rafael Romero, nuevo gerente de AIQBEHa sido este, además, un período de crecimiento. Internamente, se ha llegado a 15 instalaciones asociadas y, en sus relaciones externas, se ha incorporado como socio fundador a HuelvaPort (Asociación para la promoción comercial del Puerto de Huelva) y a la ECSPP (European Chemical Site Promotion Platform).

También ha sido un año plagado de eventos en el entorno de este aniversario, como la recuperación del Día de la Industria, el recibimiento de visitas técnicas por parte de otros países o la celebración en Huelva del Día Nacional de la Química o de la iniciativa Café con Industria, entre otras. Asimismo, se ha dado un nuevo relevo en la presidencia de AIQBE, ocupada actualmente por José Antonio Agüera -director de la Refinería La Rábida de CEPSA-, tras cumplirse el mandato de Miguel Palacios -director general de Metalurgia de Atlantic Copper-, quien sustituyó a su vez a Rafael Martínez-Cañavate.

Por otro lado, las Administraciones y otras asociaciones han tomado por fin la iniciativa de poner al sector industrial en un lugar preferente en la toma de decisiones políticas y ejecución de actuaciones. Así, la Junta de Andalucía ha aprobado varias estrategias que afectan a los sectores que representa AIQBE (industria y energía). A nivel europeo, se ha propuesto reactivar la actividad industrial hasta un 20% del PIB en 2020, algo realmente complicado para zonas como Andalucía, que está muy lejos de esa meta.

Y a nivel nacional, el 28 de noviembre se firmó un importante pacto por la industria lanzado por los más importantes sectores industriales de España y los principales sindicatos. En este pacto se pide una legislatura de la industria para que se adopten las medidas oportunas respecto a nueve puntos fundamentales:

1. Política Energética estable.

2. Política de infraestructuras logísticas y de transporte para mejorar la eficiencia, competitividad y sostenibilidad.

3. Política de I+D+i y desarrollo tecnológico y digital que facilite y apueste por la actividad innovadora.

4. Política de formación y empleo que garantice el desarrollo del talento y de la capacitación de los trabajadores.

5. Política de regulación inteligente que proteja los principios de unidad de mercado y evite la inseguridad jurídica.

6. Ordenación y control de medidas de carácter fiscal, especialmente las de carácter medioambiental que puedan provocar la ruptura de la unidad del mercado.

7. Política de inversión, internacionalización y comercio exterior que asuma los objetivos de atracción de inversiones productivas industriales.

8. Financiación y potenciación del tejido industrial, articulando eficazmente los instrumentos nacionales y comunitarios de apoyo a la inversión.

9. Impulsar la sostenibilidad industrial y su contribución al desarrollo de procesos, productos y bienes cada vez más sostenibles y comprometidos con la seguridad y la protección del medio ambiente.

Ahora toca mirar al futuro, que se plantea esperanzador y duro a la vez para el sector, ya que, a pesar de los pronunciamientos favorables que hemos visto, los lobbies antiindustriales siguen ejerciendo una fuerte presión mediática, poniendo trabas en el camino de la reindustrialización, tan necesaria por otra parte.

Por tanto, hay que intensificar la actividad formativa, puesto que, como ha dejado claro el último informe PISA, seguimos muy atrás en educación en ciencias, lo que nos sitúa en un entorno manipulable por las pseudociencias, algo que sin duda se superará con el tiempo y el esfuerzo de todos.

Y en ese esfuerzo común, AIQBE espera ser una pieza fundamental para el logro de todas las metas propuestas.

 

Rafael Romero

Gerente de AIQBE