2017 empezó con el mismo soniquete que acabó 2016, el de que la recuperación económica es ya una realidad. Sin embargo, algo que, como es lógico es deseable que suceda, no tiene una traslación democrática a la sociedad, de manera que los efectos de esa recuperación son nulos para la mayor parte de los trabajadores y las trabajadoras.

Mucho tiene que ver en ese “mal de muchos y bien de pocos” cómo se ha gestionado la crisis en nuestro país y el uso interesado que de ella se ha hecho, en no pocas ocasiones, por parte de gobiernos, partidos políticos y patronal. Una gestión que ha colocado a España y, por ende a Andalucía, con peores datos que la media estatal incluso, en el segundo país de la Unión Europea donde más ha crecido la desigualdad entre ricos y pobres, con una tasa de paro por encima del 20% y una contratación escasa y temporal marcada por la precariedad.

Francisco-Carbonero12-439x451Por eso, que el discurso con tintes victoriosos de que la recuperación es una realidad, tiene para CCOO más de galería que de verdad y mucho de macro pero poco de micro, que es la economía que, en definitiva afecta a la mayoría de las personas y de la que depende la reactivación de la demanda interna al aumentar el poder de compra. Y tiene más de galería que de verdad porque gobierno y empresarios siguen ajenos al papel esencial que tiene para alcanzar ese objetivo: la recuperación salarial de las personas trabajadoras.

El primero, con el PP al frente pero sin olvidar que ha contado con el apoyo del PSOE, ha calificado de histórica la subida del SMI en un 8% para 2017, pasando de 655,20 euros a 707,70 euros; una cifra muy alejada de la propuesta sindical de 800 euros para este año con una progresión hasta los 1.000 euros al final de la legislatura.

El gobierno tiene la potestad para subir el SMI y determinar en qué cuantía lo hace, pero siempre previa consulta con los agentes sociales, tal y como se recoge en el artículo 27 del Estatuto de los Trabajadores, algo que ha obviado en esta ocasión. Además, el hecho de que se hayan incluido dos cláusulas en el Real Decreto Ley que regula el nuevo salario mínimo abre la puerta, como ya está ocurriendo de hecho, a que algunos empresarios no actualicen sus convenios colectivos al nuevo SMI y lo mantengan en los 655,20 euros.

Para CCOO, esta subida del SMI impuesta por el gobierno sin más consenso que el PSOE, fue motivo de movilizaciones en el mes de diciembre en toda España, tanto por no dar respuesta a las verdaderas necesidades de la gente, como por la forma desleal en la que se llevó a cabo.

En lo que respecta a la negociación colectiva, nos encontramos con un escenario en el que, mientras las rentas del trabajo han perdido, las del capital han ganado, de manera que la compensación entre el crecimiento económico y el beneficio de ese crecimiento para las personas es insignificante. La actitud de nuestra contraparte natural tampoco está siendo la más deseable, ya que no es posible el crecimiento económico si las personas no tienen dinero para consumir y eso requiere de un reparto distinto del beneficio empresarial para que la balanza esté equilibrada y el peso de la crisis no recaiga siempre del mismo lado.

Siempre ha sido y sigue siendo voluntad de CCOO negociar desde el convencimiento de que el acuerdo es más beneficioso para todas las partes implicadas que la movilización, pero para avanzar hacia esa meta es esencial un papel más activo de las organizaciones empresariales en el desbloqueo de la negociación colectiva, tras un 2016 caracterizado por la parálisis y la ralentización de los convenios, de manera que, en la actualidad, seguimos con 400 pendientes de negociación o renovación, que se traduce en más de 300.000 trabajadores y trabajadoras que esperan la negociación de su convenio. Además, la subida salarial del 1,5% propuesta por la CEOE condena la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras y, simplemente, da cumplimiento a lo recogido en el Tercer Acuerdo de Negociación Colectiva, quedando lejos del mínimo de la horquilla sindical propuesta, que es del 1,8% y 3%.

Si la recuperación es una realidad como vocean los partidos políticos y las rentas del capital han aumentado, no es comprensible que en las mesas de negociación no quieran firmarse convenios con mejoras salariales bajo el argumento de que todo está muy mal.

A estas alturas no se trata de echar un pulso para ver quién se ha llevado la parte de la crisis, sino de, como decía antes, equilibrar la balanza para que, coincidiendo con esa recuperación de la que todo el mundo habla pero disfrutan sólo unos pocos, la recuperación de la economía sea democrática. Eso no es posible sin mejoras salariales y un empleo de calidad.

 

Francisco Carbonero Cantador

Secretario General de CCOO-A

@carboneropaco