Desde la amplia experiencia de Deloitte en la planificación de una Smart City, hemos identificado que el éxito en la construcción de la misma requiere de una clara estrategia y madurez en siete dimensiones de capacidad:

1. Estrategia y Visión. Las Ciudades Inteligentes tienen una visión clara acerca de lo que quieren ser y una estrategia para realizar esta ambición. Cada ciudad tiene sus propios puntos fuertes, desafíos y oportunidades. No hay dos ciudades iguales. Una Smart City aprovecha el poder de la tecnología y las innovaciones sociales para aumentar las fortalezas existentes, para resolver retos y crear nuevos éxitos mediante el aprovechamiento de oportunidades. A una ciudad, tener una visión económica y social clara le permite centrar su energía y recursos en aquello que aporta mayor valor para la ciudad, no sólo en el corto plazo, sino también a largo plazo.

Por ese motivo, las Ciudades Inteligentes necesitan pensadores que se atrevan a preguntar out-of-the-box ‘¿qué pasa si?’ ¿Qué pasa si los avances en sanidad hacen que la gente alcance una edad promedio de 120? ¿Y si la tecnología para almacenar electricidad es 100 veces más eficiente y más barato?

“Las Ciudades Inteligentes tienen una visión clara de lo que quieren ser y una estrategia para realizar este objetivo. Una visión clara es necesaria como contrapeso efectivo al empuje de la tecnología”

Leopoldo Aznarez2. Data. Si hay un elemento que hace que una ciudad sea una Smart City es el Data. La combinación de varias fuentes de datos de grano fino permite desarrollar una verdadera ciudad con una visión basada en los retos sociales como son la sostenibilidad, la movilidad, la salud y la seguridad. Esta visión se puede usar para tomar mejores decisiones, más inteligentes, basadas en datos. La capacidad de extraer datos de una amplia gama de sensores, en los espacios públicos, en los sistemas de transporte, en las redes de energía, en todo tipo de dispositivos de consumo proporcionando información en tiempo real de los flujos de transporte, los flujos de energía, la contaminación y el comportamiento humano.

No es suficiente utilizar esta fuente de datos de forma aislada de la otra para crear islas de inteligencia. Una Ciudad Inteligente real surge cuando los datos se combinan a partir de múltiples fuentes que no han sido tradicionalmente utilizados en combinación.

“Si hay un ingrediente que hace una ciudad inteligente, es el Data”

3. Tecnología. La disponibilidad de tecnología de última generación y las redes abiertas de la energía y la conectividad digital forman la infraestructura fundamental de las Ciudades Inteligentes.

Se requieren redes de conectividad digital en tres formas diferentes:

I. Fijar redes de banda ancha, lo que facilita las conexiones gigabit.

II. Las redes de banda ancha móvil, las redes 4G y 5G que proporcionan acceso a Internet a las personas que utilizan dispositivos móviles.

III. Internet de las Cosas redes, que se caracteriza por la gama larga (varios kilómetros), ancho de banda bajo y muy bajo uso de energía.

Además de las redes, las Ciudades Inteligentes requieren el uso masivo de sensores. El reto para la ciudad es la gestión de las normas y protocolos para establecer un entorno de arquitectura homogénea. Sensores aislados no son suficientes, sin embargo, una ciudad necesita un software de plataforma de la IO madura para manejar los sensores, para recibir y procesar datos y para hacer que estos datos estén disponibles para soluciones inteligentes a través de interfaces de programación de aplicaciones.

4. Habilidades y Competencias. El uso de las tecnologías de punta para la innovación requiere nuevas habilidades y competencias en la ciudad, sobre todo con respecto al Data. El nuevo trabajo de “científico de datos” ha sido nombrado como el trabajo del siglo XXI, y las Ciudades Inteligentes necesitan una gran cantidad de ellos. Por otra parte, las soluciones inteligentes tienen como objetivo cambiar el comportamiento de las personas, así que las ciudades necesitan expertos que entiendan los mecanismos y cambios de la conducta humana, por ejemplo, mediante el uso de conceptos como ludificación.

“A medida que las soluciones inteligentes tienen como objetivo cambiar el comportamiento de las personas, las ciudades necesitan expertos que entiendan los mecanismos de comportamiento humano”

5. Cultura Innovadora. Una Ciudad Inteligente requiere de la aparición de nuevas ideas creativas, de la voluntad de experimentar, así como de tomar riesgos calculados. Ello requiere probar nuevos tipos de colaboración entre las diferentes concejalías y con las partes interesadas fuera del mismo. Sólo mediante la adopción de estos riesgos calculados, las ciudades construyen una comprensión profunda de lo que realmente funciona. En la fase de desarrollo de las Ciudades Inteligentes, los fallos son necesarios para desarrollar una visión y aprender de los mismos.

Microsoft Word - Deloitte_Marco de capacidades y madurez de una6. Atracción para los nuevos negocios y talentos. Los ecosistemas de gran alcance sólo pueden surgir si los socios adecuados están presentes en la ciudad. La creatividad, la experiencia tecnológica de profundidad y la capacidad de ejecutar son componentes vitales. Las Ciudades Inteligentes necesitan enfocarse en atraer el talento adecuado y las compañías adecuadas. Sin embargo, deben centrarse en el tipo de talento que se ajusta a la visión a largo plazo de la misma. A las personas con talento les gusta estar cerca de otras con talento, por lo que el objetivo debe ser hacer de la ciudad un punto de acceso al mismo. Las ciudades deben crear un clima en el que las nuevas empresas puedan desarrollarse. Para ello, es necesario deshacerse de las regulaciones productivas innecesarias y contraproducentes para allanar el camino para las soluciones nuevas e inteligentes. Las “Startups” pueden facilitarse proporcionando espacio de oficinas e instalaciones, mediante la estimulación financiera o haciendo ‘Open Data’ disponible como base para nuevas soluciones inteligentes.

7. Ecosistemas públicos- privados. Las Ciudades Inteligentes requieren de ecosistemas tanto, por las partes públicas como privadas, para crear conjuntamente soluciones inteligentes que son realmente nuevas y creativas y difieren de las soluciones tradicionales.

En un ecosistema de este tipo, ninguno de los participantes tiene el control desde arriba hacia abajo. En lugar de ello, las partes están trabajando juntas para crear valor en el resultado final conjunto. El ecosistema tiene el poder para entregar nuevas soluciones creativas que ninguna de las partes podía darse cuenta por sí sola. La función del ayuntamiento es identificar las áreas que tienen potencial, pero carecen de iniciativas para desempeñar un papel activo y reunir a las partes que normalmente no trabajan juntas, en un nuevo ecosistema creativo.

Proyectos y Soluciones

Las ciudades deberían invertir tanto en las nuevas tecnologías como en capital humano y social. Una Ciudad Inteligente requiere una infraestructura inteligente utilizada por personas inteligentes. Las innovaciones tecnológicas deben combinarse con innovaciones sociales para crear soluciones sostenibles. Ejemplos de tales innovaciones sociales son nuevos colectivos, economía circular, co-creación y la economía colaborativa.

Las iniciativas Smart City comienzan a pequeña escala, de forma sectorial y experimental. Esta fase es necesaria para aprender, para profundizar la penetración y para mejorar de forma interactiva las soluciones. Sin embargo, cada iniciativa a pequeña escala debe basarse en un modelo de negocio escalable que permita que el éxito se amplíe a escala de la ciudad de forma rápida y eficiente y sin tener que cambiar la solución. Iniciativas que no se basan en un modelo de negocio escalable, probablemente nunca saldrán de la fase piloto.

 

Leopoldo Aznárez

Socio del Sector Público de Deloitte