Las Ciudades Inteligentes son uno de los principales retos que afrontamos como ciudadanos, empresas y administraciones para la mejora de la calidad de vida de las personas aprovechando las oportunidades que nos ofrece esta nueva sociedad digital.

Desde Orange creemos que, especialmente en Europa, y por el importante número de ciudades que existen, un plan de desarrollo de Ciudades Inteligentes puede ser una palanca de desarrollo industrial y creación de empleo, así como de desarrollo de nuevas tecnologías.

Daniel NogueraY en línea con el compromiso de la compañía con el desarrollo socioeconómico del entorno en el que ejerce su actividad, la eficiencia energética en nuestras ciudades, la movilidad y la gestión de residuos urbanos son tres temas clave en el horizonte innovador de Orange. De hecho, llevamos más de cinco años trabajando en estas áreas, haciendo que nuestra red en España sirva de soporte para un importante número de contadores de electricidad, gas y agua.

De manera general, los ciudadanos vemos estos contadores inteligentes únicamente como una solución desarrollada por las grandes compañías de servicios para automatizar los procesos de facturación; pero son mucho más que eso.

La sensorización de los sistemas ayuda a recopilar ingentes cantidades de datos que, debidamente analizados y procesados, siempre de forma agregada y anonimizada, permiten extraer conclusiones para mejorar de manera eficiente los servicios prestados a la ciudadanía.

Un claro ejemplo de la importancia de la gestión inteligente de algunos servicios básicos lo tenemos en las redes de distribución de agua. Las redes no supervisadas de manera inteligente pierden aproximadamente un 25% del agua trasportada debido a grietas, fugas o incluso fraude.

La implementación de sistemas apropiados para recopilar datos de diferentes secciones de la red permite actuar de manera eficiente y reducir esta cifra a cerca del 1%. No es difícil, por tanto, imaginar el impacto que esta mejora puede suponer en la gestión eficiente del suministro de un recurso tan escaso como lo es el agua.

El Big Data como oportunidad presente y futura. Volviendo a la importancia de los datos para la mejora de los procesos, no debemos perder de vista que dichos datos, en bruto, son casi inútiles. Es precisamente en el análisis y procesado de los mismos, en lo que hoy ya conocemos como Big Data, donde se genera su valor real. El Big Data está transformando la forma en que compramos bienes y servicios y está transformando la forma en que vivimos en nuestras ciudades, haciéndolas realmente inteligentes.

La información sobre patrones de consumo, movilidad, etc., tratados y debidamente procesados para la extracción de conclusiones, pueden contribuir, por ejemplo, para algo aparentemente tan trivial pero tan importante en una ciudad como es la gestión adecuada de los residuos. En otras palabras, no se trata solamente de recoger los residuos cuando el contenedor está lleno, sino de hacerlo cuando tiene menor impacto en el tráfico o planeando las rutas de transporte público basadas en movimientos reales de población.

Pero como cualquier tecnología disruptiva, y el Big Data lo es, se presentan grandes oportunidades y también grandes retos. Y son los relacionados con la privacidad y seguridad de los ciudadanos, los que empresas como Orange consideran dentro de sus prioridades. Big Data sí, pero garantizando el anonimato de los datos y el tratamiento seguro de los mismos.

No puede haber innovación sin colaboración.

Para desarrollar las soluciones necesarias para estas nuevas Ciudades Inteligentes o Smart Cities, la estrategia de innovación de Orange está basada en cuatro reglas de oro: estándares abiertos, interoperabilidad, soluciones de bajo consumo y trabajo en equipo.

Los estándares abiertos y la interoperabilidad van de la mano. Estamos construyendo una nueva industria con muchos jugadores diferentes y no podemos permitirnos construir silos aislados ni esfuerzos duplicados.

Las soluciones tecnológicas de bajo consumo son claves en el despliegue de infraestructuras de sensorización. Si queremos desplegar miles de millones de sensores para la recopilación de información,  tenemos que averiguar cómo transmitir estos datos con un coste de transacción más bajo, y esto implica bajo consumo, fácil implementación y escaso mantenimiento.

Y por último, pero no menos importante, el trabajo en equipo. Smart Cities, el Internet de las Cosas en que se basan todos esos nuevos dispositivos como los contadores inteligentes o el  Big Data son ecosistemas complejos que están evolucionando a un ritmo muy rápido, con muchos actores construyendo soluciones para atender las necesidades de los clientes. En este contexto, combinar esfuerzos es la mejor fórmula para un éxito asegurado.

Es por ello, que en Orange creemos en la necesidad de buscar modelos de colaboración con otras empresas en aquellas áreas de servicios donde esos posibles socios son expertos. Con este nuevo paradigma, desde Orange podemos, sin duda, apoyar con nuestras infraestructuras, conocimiento de cliente y calidad de servicio a esos nuevos emprendedores, que tienen grandes ideas pero necesitan el soporte de otros que tengan las estructuras y el tamaño para llevarlas a cabo. Es esta vocación de colaboración con otros entornos la que nos ha llevado a promover un programa de aceleración llamado Orange Fab, en el que estamos apoyando nuevas empresas tecnológicas o startups con el fin de encontrar conjuntamente nuevas herramientas y soluciones que nos ayuden a crecer en este, sin duda, apasionante futuro de las Ciudades Inteligentes.

 

Daniel Noguera

Director de Comunicación Institucional y Eventos en Orange España