Me vengo con las cifras al tabanco en busca de sosiego y aquí estoy dando vueltas y más vueltas a los números. Y por mucha buena voluntad que le eche no me cuadran las cuentas. Esa "desaceleración rápida" parece más una aceleración que otra cosa. Y escapando del agorerismo para que no me cuelguen ese sambenito intento reposar los datos y buscar en la maraña alguna razón para la esperanza, pero las cosas no pintan bien para ser optimista.

El paro sigue subiendo, los fondos de subvención para el        desempleo que se habían presupuestado se agotan a una velocidad que da vértigos, los coches se quedan sin vender y vender un piso se ha convertido en una aventura de alto riesgo. Los bancos cierran filas y las alegrías hipotecarias se convierten en coto cerrado para la mayoría. Y es que los índices de morosidad se han situado entre los más altos en los últimos siete años. Si ya es difícil llegar a fin de mes sin perder el resuello, lo de pagar la hipoteca se ha convertido casi en misión imposible. Llevamos ya nueve meses consecutivos en alza. El euríbor está en el índice más alto de los últimos ocho años. La actividad de la construcción registra una espectacular caída con la consecuente situación de paro para los que trabajan en el sector y para las industrias que fabrican para éste. Los alimentos, con razón o sin ella, siguen subiendo. Y de los "extras" podemos prescindir, pero de los garbanzos no. Las empresas siguen cerrando. Desde enero lo han hecho 9.471 empresas. Más paro, pues, y menos actividad económica. Y la caja de los ahorros comienza a dar señales de debilidad. Uno de cada cinco jóvenes está en paro y también en esto somos líderes en la UE, pues estamos en el 20,5%, seis puntos por encima de la media europea. Y para animarnos más, nos anuncian que la competitividad futura y el desarrollo está más que comprometido. El nivel de formación de los jóvenes, también baja. Según Magisterio, "el nivel de formación de los jóvenes en España se queda en el 61,1%, en 2007, el pero nivel desde 1995. Este indicador es el porcentaje de jóvenes entre 20 y 24 años que han obtenido al menos el título de Secundaria (Bachillerato o FP de Grado medio)". Somos de los pocos países de la UE que ha empeorado en los últimos cinco años. ¿Qué canasto vamos a hacer con estos mimbres?

El precio de la energía se nos anuncia inalcanzable. Y si ésta sube, subirá toda la producción que la emplea, no sólo el recibo de la luz, que también hará crujir nuestra economía familiar. Pero, como con el tema del agua -en donde ya llueve sobre mojado- no se ve una planificación ni realista ni razonable. Seguimos dependiendo de otros países y nos cuesta algo cara. Pero no se plantean por ahora alternativas. Eso sí, soñamos con las energías renovables que, por ahora, son también muy caras. Sr. Doctor, podría usted aligerar un poco, no vaya a ser que cuando caigamos del guindo, el paciente nos haya entrado en coma irreversible.

No sé por dónde salir del laberinto y salgo del tabanco a tomar aire fresco. Porque a pocos metros de mi los parroquianos habituales del tabanco discuten de la actualidad política: de que si son galgos o son podencos, de si son galgos o son podencos… La gran perdiz, que esa sí que es lista, los está mareando con un debate de despiste integral y, al final, terminarán por pagar las costas del juicio que, con tanta distracción, están a punto de perder. La pagarán y la pagaremos todos pero como hace buen tiempo y se pasea agradable por la calle, voy a poner una tregua en el camino. Consciente de que es    tregua, no abandono como pueden impunemente permitirse otros, a los que más le valdría volver al tajo que para eso cobran abundantemente.

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