Preparando a la sociedad para un mañana sin conductores
Introducción
La movilidad de personas y mercancías es uno de los campos más atractivos y convulsos en los que toda la población se encuentra envuelta, dado que todos nos desplazamos, enviamos mercancías o la recibimos, ni que decir, las implicaciones en el mundo de la empresa. Es por ello, que desde Agenda de la Empresa profundicemos en una de sus facetas más impactantes: el vehículo autónomo, que nos va a cambiar la forma de desarrollar nuestra actividad diaria, e influirá en el modelo económico que conlleva esta auténtica transformación.
Los beneficios que aportará a la sociedad serán muchos, dado que altera numerosos aspectos de la actividad económica, entre los que destacan:
– La seguridad vial, estimándose que podrá salvar hasta 1.240.000 vidas a escala global.
– La reducción de gases contaminantes, que según estimaciones en USA podrían llegar hasta el 90% de las que tenemos actualmente, dado que la gran mayoría serían eléctricos.
– Un aumento de la productividad muy alto, porque evitarían las congestiones actuales. Las cifras que se manejan están en el entorno de billones de horas recuperadas.
Para llegar a este escenario, vamos a vivir muchos cambios que implican la transformación de los hábitos sociales, el desarrollo de nuevas tecnologías y la definición de un nuevo marco regulatorio.
Evolución de la tecnología
En el caso del vehículo autónomo, ni la tecnología ni la regulación están desarrolladas para poder hacer un despliegue seguro y eficiente. En cuanto a la tecnología, hay cuatro áreas claramente definidas que tienen que evolucionar para que ésta sea una realidad:
– Son necesarios avances en la conectividad, ya que son la base de tres áreas fundamentales: las comunicaciones en general, donde la tecnología 5G promete ser un factor clave; las comunicaciones “Vehículo-a-Infraestructura” (V2I); y las “Vehículo-a-Vehículo” (V2V). Todas ellas, necesarias para aspectos relacionados con la seguridad y la gestión, de forma que todos puedan conocer los vehículos de su entorno y se maximice la eficiencia y la seguridad de la conducción autónoma.
– La fiabilidad y durabilidad de los sistemas de carga y de almacenamiento de la energía del vehiculo tienen que desarrollarse mucho más lo que porbablemente ocurra con tecnologías de “pilas de combustible”, donde el vector Hidrógeno juegue un papel destacado.
– Los materiales tendrán que ser mucho más ligeros y resistentes, garantizando la seguridad y una mayor autonomía.
– Los cambios de los modelos de gestión y de la propiedad de los vehículos y de flotas de vehículos están en plena ebullición, y la generación Y tiene claro que va a los modelos de “car sharing”.
Cambio, transformación, evolución
Los dos ejes desde los que podemos analizar esta transformación son el de la conducción, de tripulada a sin conductor; y el de la propiedad de los vehículos, de la propiedad privada actual a la compartida.
Bajo una visión conservadora de cambios incrementales que desembocarán en la consolidación del vehículo autónomo, se impone el peso en los imponentes activos que están amarrados en el sistema actual, asumiendo que los dueños de estos activos no los abandonarán voluntariamente ni invertirán capital suficiente en nuevas empresas con rendimientos inciertos. La propiedad privada seguiría siendo la norma, con los consumidores optando por las formas particulares de privacidad, flexibilidad, seguridad y conveniencia que provienen con poseer vehículos.
Es importante destacar que, al incorporar las tecnologías de asistencia al conductor, esta visión supone que la unidad totalmente autónoma no será ampliamente disponible a corto plazo.
Con tan poco cambio previsto, el futuro estado refuerza la confianza de los fabricantes de automóviles en un modelo de negocio que enfatiza las ventas unitarias. Continuarán invirtiendo en el desarrollo y la introducción de nuevas líneas de vehículos con tecnologías avanzadas, y los distribuidores serán responsables de la experiencia del cliente.
Una generación habituada a compartir coches
Hay un crecimiento continuo del acceso compartido a los vehículos. En este estado de las cosas, la economía de escala y el aumento de la competencia impulsan la expansión de los servicios de vehículos compartidos en nuevos territorios geográficos y segmentos más especializados. Aquí, los pasajeros valoran mucho la comodidad del transporte punto a punto, creado a través de compartir carreras y compartir autos, ahorrándoles la molestia de conducir por un denso tráfico y la incomodidad de encontrar aparcamiento. Además, el sistema ofrecería opciones para los no conductores, como personas de la tercera edad, familias de bajos ingresos y menores sin licencia.
A medida que disminuye el coste por kilómetro, algunos ven el compartir como una manera más económica, conveniente y sostenible de moverse, particularmente para los movimientos cortos punto a punto. Dado que la movilidad compartida responde a una mayor proporción de las necesidades locales de transporte, los hogares con varios vehículos pasarán a reducir el número de automóviles que poseen, mientras que otros abandonarán la propiedad por completo, reduciendo la demanda futura.
La revolución sin conductor
El tercer estadio que se va a alcanzar es aquel en el que la tecnología de conducción autónoma resulte viable, segura y económica, pero la propiedad privada siga prevaleciendo.
Tanto la tecnología como los fabricantes continuarán invirtiendo fuertemente para aumentar las capacidades V2V y V2I. En paralelo, la tecnología sin conductor madurará, con el éxito de los primeros pioneros fomentando la adopción rápida.
Dado que este futuro estado asume que la mayoría de los conductores todavía prefieren poseer sus propios vehículos, las personas buscarán la funcionalidad sin conductor para su seguridad y otros beneficios potenciales, pero siguen siendo los dueños del coche por las mismas razones que lo hicieron antes del advenimiento de la unidad autónoma. Incluso podrían invertir más en los vehículos como una nueva era de personalización, un atractivo más para el uso de vehículos adaptados. Dicho esto, las características en las que los propietarios están dispuestos a invertir, y el diseño de los propios vehículos, cambiaría. Aparecería un nuevo segmento de mercado que ofrecería vehículos más ligeros y técnicamente más avanzados que incorporen diseño moderno en contra del actual de cuatro puertas, conductor enfrente a la izquierda y agarrando el volante.
Autonomía accesible y sostenible
Finalmente, el esquema que se puede dar es el de la convergencia tanto de las tendencias de conducción autónoma como de la compartición de vehículos, evidentemente sobre vehículos eléctricos. Aparecerán los “prestadores de servicios de la movilidad”, que ofrecerán una gama de experiencias para satisfacer necesidades muy variadas a precios competitivos.
Los pioneros se encuentran en el entorno urbano, dado el potencial de viajes más rápidos gracias a las distancias reducidas entre los sistemas altamente automatizados. Esto permitirá vehículos y rutas mejoradas gracias al conocimiento de las condiciones del entorno en tiempo real. Con el tiempo, a medida que la infraestructura inteligente se expanda y la existencia de conductores se aproxime a un punto de inflexión, las flotas de vehículos compartidos autónomos podrían extenderse de los centros urbanos a los suburbios densamente poblados y, posteriormente, más allá.
Las tecnologías de comunicaciones avanzadas, entre las que el 5G jugará un papel clave, coordinan la experiencia de movilidad punto a punto del viajero: las interfaces intuitivas permitirán a los usuarios pedir una recogida de vehículos en cuestión de minutos y viajar de un sitio a otro de manera eficiente, segura y rentable. Los operadores de sistemas de redes de vehículos y de tráfico, los proveedores de experiencia en contenido de vehículos (por ejemplo, empresas de software y de información y entretenimiento) y los propietarios de datos (por ejemplo, telecomunicaciones) podrían tener más oportunidades de monetizar el valor de los servicios a los pasajeros.
Ciudades Sostenibles Movilidad Inteligente
El despliegue de flotas de vehículos conectados, eléctricos y, finalmente, autónomos, va a conseguir reducciones de entre el 40% y hasta el 90% en algunos escenarios de las emisiones de contaminantes de la movilidad actual. Las ciudades, como causantes de más del 75% de las emisiones de CO2, van a ser las primeras beneficiadas por esta implantación, lo que puede ser fomentado desde las administraciones públicas, en una primera instancia con sus propias flotas o las que operan en la ciudad bajo su licencia. Estas iniciativas deben contemplarse desde ya en los Planes Estratégicos de cada ciudad, porque, además, inciden en gran medida en la lucha contra el cambio climático.
Conclusión
Todavía estamos a años de la implantación masiva y plena del vehículo autónomo, pero ya existen bastantes ejemplos que operan en ambientes controlados transportando mercancías. Es el principio de una revolución que acabará por eliminar a los conductores.
El final de esta historia será que no volveremos a conducir y seremos transportados por flotas de vehículos eléctricos, conectados y autónomos. Cuando esto ocurra, la siniestralidad desaparecerá casi por completo, las emisiones serán inapreciables y los costes de transporte habrán disminuido a niveles mínimos.
La buena noticia es que el viaje hasta esta situación está repleto de oportunidades de negocio para los integrantes de la industria de la movilidad, incluyendo nuevos modelos económicos.
Adolfo Borrero Villalón
Vicepresidente de Acción Territorial AMETIC
