Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) están modificando todos los campos de la actividad humana. Entre ellos la energía, cuyo futuro está siendo transformado por una nueva conectividad, llamada IoT, pensada para interconectar objetos, las plataformas en la nube o cloud y la gestión masiva de información heterogénea en tiempo real para la toma de decisiones, denominada Big Data. Sus impactos ya se ven en todas las fases del proceso energético: generación, transporte, distribución y utilización.

especial LadislaoAsí, en generación, las grandes centrales de producción dejarán de ser el principal jugador. Gracias a la conectividad ubícua del IoT, las plataformas de gestión cloud y Big Data, los huertos eólicos o solares y las pequeñas centrales térmicas, entre otros, contribuirán de manera inteligente y distribuida con su capacidad a la gestión de la energía, en momentos de alta demanda o baja producción, aportando eficiencias y flexibilidad.

En la fase de transporte, la integración de conectividad IoT y Big Data sobre la automatización industrial permitirá el despliegue masivo de Smart Grids: redes de transporte energético inteligentes que, mediante sistemas ciberfísicos que combinan modelos digitales de las infraestructuras, con la capacidad de actuar remotamente sobre las mismas son capaces de reconectar y desconectar segmentos de red ante incidentes o cambios en la demanda y la generación de manera desatendida. También se habilitará el mantenimiento predictivo de las propias infraestructuras, dando lugar a redes más resilientes y eficientes.

En la distribución capilar, los usuarios ya conocen su consumo en tiempo real gracias a contadores inteligentes o Smart Meters. Pero la conexión de los mismos, de manera masiva mediante tecnologías IoT celulares como LTE-M, NB-IoT y otras similares, con las plataformas de las compañías distribuidoras y comercializadoras, traerá consigo una mayor eficiencia y menos emisiones, así como un mayor conocimiento de la demanda para su gestión y predicción. Un ejemplo de ello es el Smart Metering Implementation Programme de Reino Unido, cuya infraestructura de comunicaciones IoT y contadores inteligentes ha sido desplegada por Telefónica en dos tercios de los hogares del país.

Finalmente, en la fase de utilización, el uso de soluciones de hogar inteligente, domótica o Smart Home, que combinan sensores y elementos de control IoT con plataformas cloud en todo tipo de inmuebles, aportará importantes ahorros energéticos y disminución de las emisiones, sin impactar la actividad.

El nuevo reto en esta fase es el de la movilidad eléctrica, que hace imprescindible el despliegue de tecnologías IoT que conecten los elementos distribuidos y móviles de consumo masivo, los vehículos eléctricos con los puntos de recarga y baterias inteligentes, para gestionar la presión que esta nueva movilidad aplicará a las infraestructuras de generación, transporte y distribución energética.

Estamos, por tanto, ante un futuro energético, más eficiente, flexible, resiliente, sostenible e inteligente, gracias a las nuevas soluciones TIC.

 

Ladislao Aceituno López

Experto en Desarrollo de Negocio de Soluciones IoT Telefónica

 

ARTÍCULO INCLUIDO EN EL ESPECIAL ‘DIGITALIZACIÓN DE LA ENERGÍA’ DEL NÚMERO DE JUNIO DE AGENDA DE LA EMPRESA