Las tecnologías disruptivas aparecidas en el entorno de las bases de datos masivas y del océano de datos inconexos de Internet surgen como respuesta para gestionar la propia generación y el posterior tratamiento de los mismos. El objetivo es obtener información que sea utilizable. La tecnología por excelencia que ha surgido es el Big Data.

Los datos, tanto  los generados por humanos como por máquinas, necesitan ser analizados, deglutidos, interpretados, mezclados, eliminando lo superfluo de lo realmente valorable. Tomar datos es relativamente fácil, pero nadie nos garantiza la calidad de los mismos, sus propiedades, como agregarlos a otras fuentes de datos de manera que se conviertan en información precisa que sirva para la toma de decisiones en los procesos de las administraciones y de la empresa.

El término Big Data se ha hecho omnipresente en el mundo empresarial en los últimos tiempos. Esta tecnología permite procesar grandes cantidades de datos con el objetivo de obtener información útil para la toma de decisiones y tiene aplicación casi en cualquier ámbito en el que se generen datos.

adolfo-borrero-211x211Internet es un pool de datos dispersos de calidades desiguales pero de una riqueza y profundidad tremenda que genera 2,5 Hexabyte de datos brutos cada día. Saber adonde acudir y extraer información de manera continua para dar conocimiento a las organizaciones va más allá del campo del Big Data, necesitando  herramientas como la inteligencia artificial; empresas como IBM, con su tecnología Watson al frente, nos pueden ayudar a penetrar y discernir lo que Internet y otras fuentes de datos mezcladas nos pueden aportar.

Nuestras administraciones, en especial el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, a través de su sociedad Red.es, tiene puesto el foco en este mercado creciente, aunque con una edad, para captar la oportunidad por parte de todos los sectores: empresa, administraciones, academia y particulares. En la entrevista con su director  general, José Manuel Leceta, apreciaremos los esfuerzos que se realizan.

Consultoras como Deloitte están poniendo de relieve las necesidades de las administraciones en el desarrollo de la Analítica de Datos, sin menoscabo del uso del Big Data, centrando el foco en la generación de valor sobre las inmensas bases de datos que poseen de sus activos y de los ciudadanos, que todavía no están explotados a pesar de estar disponibles las tecnologías para hacerlo.

Un aspecto relevante de esta ola de analítica de los datos es el marco legal en el que se debe desenvolver, dado que la propiedad de los datos es un factor clave. La obtención de los datos, sobretodo los que son personales, son fuente de dudosa legalidad, por lo que su tratamiento para fines empresariales por parte de las plataformas es uno de los aspectos que más lagunas legales tiene. En este mismo sentido, la apertura de los datos por parte de organismos públicos y privados para su uso posterior por otras aplicaciones, que tiene un factor altamente positivo en el desarrollo de la economía digital, tiene su contrapunto en la propiedad de estos datos y que si otros se lucran con ello, por qué no su dueño de origen.

En el interesante artículo de PwC vemos cómo las apps de Data Science abarcan una amplia cadena de valor: desde la investigación de mercados (incluyendo Social Data e información económico-demográfica) y la segmentación avanzada de clientes, hasta el mantenimiento predictivo en fabricación. Llegando a la gestión de recursos humanos, con herramientas de People Analytics, controvertidas, pero de una utilidad inmensa.

La industria, donde Siemens es un destacado jugador, usa la analítica de datos de forma habitual en los procesos industriales que tienen sus soluciones de mercado. Aquí el mundo de la IoT, en especial el que tiene que ver con la sensórica, es una de las fuentes de mayor crecimiento y, por tanto, de aportación de datos. Si los datos que nos aportan los muchos informes sobre esta disciplina nos llevan a cifras de 20 billones de dispositivos conectados en 2020, generando cantidades muy elevadas de datos de manera individual, el escenario que esto plantea nos hace presagiar un aumento en el desarrollo de nuevas herramientas y capacidad de computación, mucho más elevado que el que hoy podemos imaginar; no en vano, se trata de un proceso exponencial, lo que plantea un escenario en el que las máquinas serán las que tendrán la capacidad de procesar.

Entre las nuevas empresas, está por ejemplo Urban Clouds, que usa el Big Data aplicado a los datos a través de técnicas de análisis de datos atmosféricos, de los que se obtiene información muy valiosa para atacar problemas como el análisis de la polución en entornos urbanos. Son nuevas utilidades que están surgiendo del uso de la IoT con la nube como respaldo.

Empresas como Microsoft se están preparando para atender este tipo de demandas tan exigentes con sus nuevas tecnologías.

Las escuelas de negocio como la EOI lo tienen muy claro: la oportunidad de nuevos perfiles profesionales destinados a satisfacer la creciente demanda de este mercado requiere de programas específicos dedicados especialmente a la formación en las tecnologías y los nuevos modelos de negocio que se derivan de la generación de conocimiento desde las diferentes fuentes de datos. La CTA desarrolla proyectos relacionados con el Big Data como se deriva de la entrevista que incluimos en este numero de Agenda de la Empresa.

En definitiva, el Big Data ha llegado para quedarse entre nosotros y proporcionarnos cada día nuevas e interesantes aplicaciones que ayudarán a hacer nuestra vida mejor.

 

Adolfo Borrero Villalón

Vicepresidente de Ametic y presidente de la Alianza Inercia

 

ARTÍCULO INCLUIDO EN EL ESPECIAL ‘LOS DATOS, ¿LA NUEVA FIEBRE DEL ORO?’ DEL NÚMERO DE JULIO-AGOSTO DE AGENDA DE LA EMPRESA