Circula por Internet un GIF tan simbólico como desalentador. En él aparecen tres relojes de idénticas dimensiones. El reloj de la izquierda da vueltas a un ritmo frenético y simboliza la “información”. En medio, el “tiempo” avanza al ritmo al que estamos acostumbrados. El del extremo derecho representa el “conocimiento”, y aunque pone todo el empeño en avanzar, ninguna de las agujas consigue dar la vuelta.

Eva PedrolInmersos en este marasmo de información que nos llega a un ritmo trepidante, ¿cómo podemos aspirar a generar algún tipo de conocimiento? Las nuevas tecnologías fomentan que la población se sienta incapaz de absorber toda la información que se genera cada minuto. El reto de los comunicadores es, por tanto, no sólo elaborar información, sino crear conocimiento, un punto crucial para el posicionamiento creíble y a largo plazo de las compañías.

El 98% de los datos mundiales son en formato digital, lo que ha propiciado el surgimiento del Big Data. Su análisis permite convertir el gran volumen de datos en información, facilitando la toma de decisiones. Para los comunicadores, representa una oportunidad única de ganar flexibilidad y adaptarse mejor a las necesidades de todos sus públicos de interés.

Por ejemplo, el análisis de datos con filtro comunicativo permite reconocer hechos noticiables a comunicar desde una compañía, crear estudios sobre la realidad de un sector, saber qué publicaciones y mensajes logran un mayor nivel de engagement e incluso identificar nuevas tendencias y comportamiento de los consumidores. El relato de una compañía debe ser capaz de adaptarse a la realidad e información que le aporta este monumental volumen de datos. Una vez extraídos, las oportunidades para visualizarlos son infinitas y pueden adaptarse a múltiples canales y formatos.

El reto es grande, pero la industria de la comunicación tiene capacidad para afrontarlo y contribuir a que la información no aventaje la creación de conocimiento. Los comunicadores debemos ser capaces de disminuir el ritmo del reloj de la información y empujar las ajugas del reloj del conocimiento. Y el Big Data puede ser una de las herramientas para lograrlo.

 

Eva Pedrol

Gerente de LLORENTE & CUENCA Barcelona

 

ARTÍCULO INCLUIDO EN EL ESPECIAL ‘LOS DATOS, ¿LA NUEVA FIEBRE DEL ORO?’ DEL NÚMERO DE JULIO-AGOSTO DE AGENDA DE LA EMPRESA