Big Data y Data Analytics forman parte del vocabulario empresarial (no ya tecnológico) actual: prácticamente todos nuestros clientes han lanzado en los últimos dos años -por convencimiento o por tendencia- alguna iniciativa para el aprovechamiento de los “datos extendidos”.
Nuestro informe ‘Data and Analytics Survey’ refleja el uso de esta información:
– El 59% de las compañías utilizan los datos para entender qué ha ocurrido y por qué (análisis descriptivo o diagnóstico).
– Un 24%, para anticipar qué podría ocurrir (análisis predictivo).
– Un 13%, para determinar próximas acciones (análisis prescriptivo, decisiones automatizadas).
Las aplicaciones de la disciplina de Data Science abarcan toda la cadena de valor de las compañías: desde la investigación de mercados (incluyendo Social Data e información económico-demográfica) y la segmentación avanzada de clientes (por ejemplo, con modelos de propensión a la contratación o al abandono), hasta el mantenimiento predictivo en fabricación (utilizando millones de datos de sensores y modelos estadísticos). Y esto incluye incluso en la propia gestión de los recursos humanos, con herramientas de People Analytics.
Sin duda, el gran reto -y el máximo beneficio- para las organizaciones es crear una cultura orientada a los datos, en la que las decisiones y las acciones se tomen combinando la voz de la experiencia con una sólida base factual y algorítmica.
Si algo hemos aprendido en PwC después de analizar para/con nuestros clientes años (décadas incluso) de datos, es que la mejor forma de obtener valor de ellos es focalizarse sobre la experiencia humana. Tanto si los destinatarios de los resultados de estas técnicas son internos (empleados de la compañía) como externos (clientes), la clave es definir cómo les beneficiará esta información: menores tiempos de espera, mejores recomendaciones, mayores probabilidades de acierto,…
Y esto va a ser aún más relevante en la medida en que otras tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (AI) y el Internet de las Cosas (IoT) van a definir en los próximos años la forma en que personas y máquinas trabajen juntos.
Alfonso Cossío
Líder de la práctica de Customer en PwC España