España cerró 2004 con un déficit para el conjunto de sus Administraciones Públicas de 2.254 millones de euros, una cifra que equivale al 0,28% del PIB, según los datos de ejecución presupuestaria que presentó ayer el vicepresidente económico, Pedro Solbes, y el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Miguel Ángel Fernández Ordóñez .

Estos números rojos, frente al equilibrio presupuestado por el anterior Gobierno del PP, se explican, fundamentalmente, por la decisión del nuevo Ejecutivo de asumir las deudas de Renfe, cuyo importe total se elevó a 5.459 millones de euros, el 0,68% del PIB. Sin esta operación coyuntural, y que no volverá a repetirse en próximos ejercicios, las Administraciones Públicas hubieran obtenido un superávit del 0,40% del PIB, frente al 0,32% de 2003.

El pago de la deuda de Andalucía tuvo un efecto neutro sobre las cifras del conjunto de las Administraciones Públicas, ya que lo que se suma como déficit para el Estado, se convierte en superávit para las cuentas andaluzas, lo que permite reducir los números rojos del conjunto de las Comunidas autónomas. Así, el 0,28% del déficit público español es consecuencia de un saldo negativo del 1,27% del PIB de las Administraciones Centrales y de un 0,04% de Comunidades y ayuntamientos. Por el contrario, la Seguridad Social registró un superávit del 1,02% el PIB.

El cierre final mejora ampliamente las estimaciones previas del Gobierno, que apuntaban a un déficit del 0,8% del PIB, y eso ha sido posible, además de por los buenos resultados de la Seguridad Social, por otros factores.

El primero de ellos es el buen comportamiento de los ingresos. Como ha venido siendo habitual en los últimos ejercicios, debido a la moderación con la que el anterior Ejecutivo presupuestaba las cifras de ingresos, la recaudación por impuestos superó ampliamente lo previsto en las cuentas estatales. En total, el Estado recaudó el año pasado cerca de 5.000 millones más de lo estimado en los Presupuestos para 2004.

Las mayores desviaciones se produjeron en el IVA y el Impuesto sobre Sociedades, que crecieron a un ritmo del 7,3% y 18,7% respectivamente. En el IRPF, sin embargo, se produjo una merma de recursos debido a un cambio en el calendario de retenciones a los trabajadores que provocó que en 2004 hubiera dos liquidaciones menos.

En el lado de los pagos, los datos de ejecución presupuestaria muestran cifras dispares. Así, mientras se ha producido un importante ahorro, de más de 2.700 millones respecto a lo previsto en los Presupuestos, en los gastos financieros, es decir, los destinados al pago de los intereses de la deuda, los gastos corrientes se han disparado y han crecido más de un 17%. Economía justifica estas cifras en las elecciones, pero éstas ya estaban previstas cuando se elaboraron los Presupuestos, y aún así, la cifra final supera en 770 millones la presupuestada por el PP.

Donde también se ha ahorrado un pellizco el nuevo Gobierno es en las inversiones, que han caído un 5,7% en términos reales, y un 3,4% si se tienen también en cuenta las transferencias de capital. Los Presupuestos para 2004 preveían un aumento de esta partida del 5,2%, con lo que la diferencia entre lo presupuestado y lo finalmente ejecutado supera los 800 millones de euros. La paralización del trasvase explica, según el Gobierno, estas cifras.