El Grupo Red Eléctrica ha obtenido en el primer semestre del 2017 un beneficio neto de 340,1 millones de euros frente a los 323,5 millones del mismo periodo del año anterior, lo que representa un incremento del 5,1%.

Las inversiones de los primeros seis meses del ejercicio 2017 han sido de 198,2 millones de euros. Esta partida incluye principalmente la inversión en la red de transporte nacional, que ha ascendido a 144,5 millones de euros, e inversiones en Perú.

Entre las inversiones realizadas en la red de transporte en España, hay que destacar la entrada en funcionamiento de un desfasador en la línea de interconexión de 220 kilovoltios entre la subestación de Arkale (Oyarzun, Guipúzcoa) y Argia (Francia), elemento clave para aumentar la capacidad de intercambio con Europa y la seguridad de suministro.

La cifra de negocio del periodo asciende a 987,3 millones de euros, con un crecimiento del 2 % respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Este incremento es consecuencia principalmente de la entrada en servicio de nuevas instalaciones de transporte en España. También recoge los ingresos asociados a la actividad de telecomunicaciones, que ha alcanzado los 43,4 millones de euros, y los ingresos regulados relativos a la operación del sistema por 28 millones de euros.

Los costes de aprovisionamientos y otros gastos de explotación netos se mantienen prácticamente constantes, consolidándose las mejoras de eficiencia logradas en el ejercicio anterior.

En consecuencia, el resultado bruto de explotación (EBITDA) se ha elevado hasta los 769,7 millones de euros, un 2% por encima del obtenido en el primer semestre del 2016.

El resultado financiero ha sido de -70 millones de euros frente a los -75,5 millones registrados en el mismo periodo del ejercicio anterior. Estos gastos muestran la caída del coste medio de la deuda financiera, que se ha situado en el 2,83% frente al 3% del mismo periodo del año 2016.

La sólida situación financiera de la compañía ha sido reconocida recientemente por la agencia de calificación crediticia Standard & Poor’s, que mantiene el nivel de rating a largo plazo en A- con perspectiva estable.