El sector agroalimentario de Andalucía debe prepararse a fondo para afrontar la nueva etapa a la que se va a enfrentar en los próximos años como consecuencia del impacto que los cambios demográficos, la revolución tecnológica o los cambios climáticos y la escasez de recursos van a tener en su actividad.

Por ello, el informe, ‘Claves para la transformación del sector agroalimentario andaluz’, elaborado por PwC por encargo  de CESUR, Asociación de Empresarios del Sur de España, analiza los principales retos de este sector, así como las acciones que deberá acometer para fortalecerse e impulsar su posición nacional e internacional.

Presentado por Enrique Manso Nerín, autor del mismo y director deEstrategia de PwC, con la intervención de Luis Fernández Prieto, Socio de PwC España y responsable de la oficina de Andalucía junto con Fernando Seco, presidente de CESUR, y Francisco Bernal, consejero de la caja y presidente de las cooperativas sevillanas, contando con la presencia del consejero de Agricultura, Rodrigo Sánchez Haro, el informe revela que el sector agroalimentario andaluz debe intensificar su modernización ante las que denomina “megatendencias globales” actuales: los cambios demográficos, la mutación del mapa económico, el progreso de la urbanización, la revolución tecnológica, la escasez de recursos y el cambio climático.

Estas megatendencias harán más necesaria la búsqueda de nuevos mercados geográficos ante el estancamiento de los europeos, provocará un nuevo equilibrio global inclinado hacia la zona de Asia-Pacífico, acrecentará la tendencia de abandono y despoblación del campo y la brecha entre el mundo urbano y rural (80% del territorio andaluz y un 32% de su población), y creará un entorno más competitivo por la inversión en nuevas tecnologías y la profesionalización de su capital humano.

Ante el panorama futuro, indica que las empresas agroalimentarias deben ganar tamaño, teniendo que abordar para ello operaciones de fusión o avanzando en el cooperativismo de segundo grado. Así, sólo las empresas que cuenten con una dimensión suficiente y con una estructura sólida podrán competir y mantener su relevancia en el mercado.

Otros retos importantes están ligados a la innovación de los productos y los procesos, para los cuales, la adopción de nuevas tecnologías es “imprescindible”. Además, como iniciativas para mejorar la eficiencia, propone que es necesario avanzar en la digitalización como han hecho otras industrias, y también en la profesionalización de la gestión, adoptando un enfoque más emprendedor y de negocio, y dotando a las empresas del sector de las capacidades y recursos que necesitan para dar el salto y afrontar la transformación.