Audi ha iniciado la comercialización del nuevo A8, del que ya se admiten pedidos. El nuevo buque insignia de la marca llega a finales de noviembre con dos motorizaciones V6, una diésel y otra de gasolina, con potencias respectivas de 210 kW (286 CV) para el A8 50 TDI, y de 250 kW (340 CV) en el caso del A8 55 TFSI.

La cuarta generación del Audi A8 se caracteriza por un diseño elegante y un chasis con soluciones vanguardistas, así como por un concepto de manejo en el que cobran protagonismo las pantallas táctiles.

El precio para el A8 50 TDI parte desde 97.460 euros, y de 104.560 euros para el A8 55 TFSI. En el caso de las versiones de batalla larga, el precio del A8 L 50 TDI es de 100.360 euros, y de 107.580 euros en el caso del A8 L 55 TFSI.

El Audi A8 50 TDI cuenta con una cilindrada de 2.967 cc y desarrolla una potencia de 210 kW (286 CV), con un par máximo de 600 Nm. Este propulsor permite que el nuevo modelo, con sus 5,17 metros de longitud en la configuración de carrocería normal, pueda pasar de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos y alcanzar una velocidad de 250 km/h, limitada de forma electrónica. A pesar de esas excelentes cifras, su consumo medio de combustible en el ciclo de homologación europeo NEDC es de sólo 5,6 l/100 km, lo que equivale a unas emisiones de CO2 de 145 g/km.

Por su parte, el Audi A8 equipado con el motor turbo de 3.0 litros con inyección directa de gasolina tiene una potencia de 250 kW (340 CV), mientras que su par máximo se sitúa en los 500 Nm. Esto permite a dicha versión acelerar desde parado hasta los 100 km/h en 5,6 segundos, una cifra que en este caso es una décima superior para la carrocería A8 L. El consumo medio de combustible se mantiene en 7,7 litros por cada 100 kilómetros recorridos en cualquiera de las dos carrocerías, con unas emisiones de C02 de 176 g/km.

Ambos motores utilizan un alternador de arranque con correa, ligado al sistema eléctrico principal de 48 voltios. Esta tecnología, conocida como mild-hybrid, permite la marcha por inercia con el propulsor apagado y su arranque se realiza con la mayor suavidad cuando es necesario. También cuentan con una función start/stop ampliada y un sistema de recuperación de energía que puede llegar a recargar hasta 12 kW en las fases de frenada. Además, esta tecnología posibilita alimentar novedosos sistemas electromecánicos, como la suspensión activa. Todo ello tiene un efecto combinado muy positivo para la eficiencia de los motores, que pueden conseguir un ahorro de combustible de en torno a los 0,7 l/100 km en conducción real.