tractor-385681“Vivimos en el siglo de las comunicaciones, los datos, Internet, los Smartphones y la Smart TV, el coche conectado, el wifi gratis, la fibra óptica y la redes 3, 4 o 5G. Todo es inteligente o lo será muy pronto, todo estará accesible al instante desde nuestro móvil a golpe de clic: la compra, el banco, la reserva en el restaurante o en cualquier posada rural… Perdón… ¿he dicho ‘rural’? ¡En qué estaría yo pensando! ¡Si el medio rural es un universo paralelo, una isla de tranquilidad y paz donde ‘desconectarse’ del mundanal ruido y el estrés cotidiano!”, reconoce Raul Santos Álvarez, director de Proyectos de Zwit Project. Y es que la realidad en amplias zonas rurales viene marcada por un déficit de conectividad real, más allá de las limitadas capacidades de las conexiones de datos de los teléfonos móviles.

En este sentido, Santos se cuestiona de qué sirve una Smart TV si la conexión a Internet apenas llega a los 3Mbps o cómo aprovechar en esas condiciones las “inmensas posibilidades” que ofrece la tecnología para una gestión sostenible de las infraestructuras municipales, para la promoción del turismo, para la creación de empleo, para el ofrecimiento de nuevos servicios a los ciudadanos. “Paradójicamente, es la propia tecnología la que ofrece las herramientas para superar la brecha que separa al medio urbano del rural”, reconoce.

¿Qué problemas o dificultades se encuentran las operadoras a la hora de acceder a estos entornos rurales?

A esta pregunta han respondido desde Orange, quienes apuntan que no se puede hablar de problemas, “sino de dificultades que requieren de un mayor esfuerzo inversor. A este mayor esfuerzo inversor en las redes de acceso, como resultado de una mayor distancia entre los núcleos de población, debemos de sumar otro esfuerzo inversor añadido, consecuencia, también, de la dispersión geográfica: una menor cobertura por número de habitantes desde cada estación de telefonía móvil. Esto supone una eficiencia sensiblemente menor de las inversiones”.

Por su parte, María Jesús Almazor, directora del Territorio Sur de Telefónica España, indica que los municipios más pequeños, debido al mayor grado de diseminación geográfica, exigen una mayor capilaridad de la red; “de ahí, que el despliegue sea más lento y costoso. En cualquier caso, mientras llega la FTTH a estas poblaciones, el acceso móvil 4G, también de alta velocidad, es una excelente alternativa para estos municipios de menos de 5.000 habitantes, en los que alcanzaremos una cobertura en 4G del 68% de la población a final de 2017”.

Aun así, es indudable que llevar la conectividad a estos territorios requiere un coste. ¿Cuál?

En el caso de Orange, admiten que “ese proyecto de despliegue de redes supone un mayor esfuerzo inversor debido a la mayor dispersión geográfica del ámbito rural, lo que obliga a dimensionar sus redes de acceso, cuyo coste es directamente proporcional a la distancia, condicionada por la mayor distancia entre los núcleos de población que tiene que conectar”.

ruralPara Javier Gómez, director de Cambium Network para Iberia y Mediterráneo, “los costes pueden variar mucho dependiendo de los diseños y despliegue de red. Para el WISP (Operadores de Acceso a Internet Inalámbrico) supone un coste fijo en infraestructura de antenas y equipos en cliente, así como coubicación de las antenas en torres de telecomunicaciones, un fuerte coste recurrente”.

Según Gómez, “los problemas son especialmente de tecnología y económicos. De tecnología ya que existen fabricantes especializados en este entorno; sin embargo, muchos de ellos con capacidades de crecimiento limitadas y anchos de banda muy bajos que hacen crear expectativas falsas a los WISP. Estos despliegues resultan efectivamente ‘baratos’ pero a corto y medio plazo suponen una trampa para el WISP, ya que no logra crecer al ritmo que el mercado demanda, necesitando invertir más y más para dar el mismo servicio que podrías dar con una infraestructura cinco veces menor y mejor aprovechada”.

Respecto a los problemas económicos, el director de Cambium Network confiesa que “la demanda es muy grande y los WISP se ven en la tesitura de invertir para dar servicio pero con pocas ayudas, e incluso nulas en la mayoría de las regiones”.

“Es necesario un movimiento proactivo desde las entidades públicas para apoyar estas iniciativas de los operadores locales, que serán los que realmente consigan acercar a España a la Agenda Digital Europea 2020”, afirma.

Frente a estos inconvenientes, las operadoras han puesto en marcha diferentes proyectos con el propósito “no simplemente de llevar el concepto de Smart City al medio rural, sino de poner la tecnología al servicio de un modelo de desarrollo económico, social y ambientalmente sostenible, partiendo de los recursos, necesidades y oportunidades de cada territorio y, para ello, la condición previa es garantizar una conectividad que permita un acceso de calidad a Internet”, concreta el director de Proyectos de Zwit Project.

CABLES FIBRA ÓPTICAEn este sentido, Telefónica está construyendo una red totalmente nueva que potencia tecnológicamente a los ciudadanos y al tejido empresarial de los municipios, modernizando sus formas de trabajar, prestando mejores servicios para acceder a todas las posibilidades del mundo digital y logrando una administración más eficiente, ágil y cercana.

De esta forma, la compañía está impulsando este despliegue en zonas rurales de manera notable. “De hecho, en municipios de entre 5.000 y 10.000 habitantes tenemos previsto alcanzar más del 25% de las unidades inmobiliarias antes de que concluya este año. En el caso de los municipios de entre 10.000 y 15.000 habitantes, la cifra de cobertura FTTH superará el 30% de unidades inmobiliarias antes de final de 2017. Este despliegue continuará progresivamente en los próximos años”, explica Almazor.

Por su parte, en el caso de Orange, su plan de cobertura rural está enmarcado dentro del plan global de despliegue, que pretende llevar sus redes de nueva generación al mayor número posible de poblaciones, “entre las que, por supuesto, están las del ámbito rural, y para lo cual está llevando a cabo un ambicioso proyecto de despliegue de redes de súper banda ancha fijas y móviles. Sólo en el primer semestre, Orange ha destinado nueve millones de euros para incrementar su cobertura 4G en áreas rurales y, con este fin, ha desplegado 100 emplazamientos”.

En cualquier caso, desde la compañía subrayan que escuchan a sus clientes. Para ello, cuentan con un espacio en la web “con el objetivo de que los usuarios indiquen dónde quieren que mejoremos la cobertura y, en la medida de lo posible, construimos nuestros planes de cobertura basándonos en estas peticiones, por lo que cualquier otra necesidad añadida de cobertura rural podrá ser recogida a través de esta herramienta”.

Concretamente en Andalucía, el plan de cobertura de Orange, con una inversión acumulada asociada que superará los 300 millones de euros, alcanzará al 94,39% de la población al final de este año, llegando así hasta poblaciones de 2.000 habitantes.

Por su parte, también en la comunidad autónoma, Cambium Networks, junto a Operadores de Acceso a Internet Inalámbrico (WISP) en Andalucía, está trabajando conjuntamente para hacer llegar la tecnología más avanzada de acceso a Internet inalámbrico a las zonas más inaccesibles, “muchas veces las más necesitadas de un servicio apropiado”, reconoce Javier Gómez.

SMART RURAL“Hablamos de transporte de Gigas de velocidad y datos en base a tecnología de ‘fibra aérea’, eliminando totalmente los costes de zanjas y cableados que implican enormes gastos, y asegurando que los usuarios y empresas disponen de acceso a Internet de Alta Velocidad allí donde no existe ni llegará la fibra óptica”, detalla, añadiendo que el objetivo de todo ello es “asegurar que el entorno rural se digitalice completamente, apoyando los negocios locales a mantenerse en esas zonas; asegurando los entornos educativos disponen de gran ancho de banda, y no de pobres conexiones ADSL distribuidas entre cientos de alumnos; cultivando la educación digital en todas poblaciones. De esta forma, el acceso a Internet de Alta Calidad se convierte, según la Agenda Digital Europea 2020, en un derecho y no una opción”, sentencia.

En esta línea, la compañía “juega un importante rol” en el proyecto europeo WIFI4EU, para dotar wifi a poblaciones con bajo nivel de digitalización. “Bajo la misma tecnología podemos desplegar las troncales de acceso de fibra aérea, la distribución en base a Punto-Multipunto, así como todo el despliegue wifi, reduciendo los costes al máximo. WIFI4EU aproxima gratuitamente al ciudadano y turistas a obtener servicios de acceso a internet Públicos, subvencionados por la Comisión Europea”, concluye.

Si nos fijamos en el caso de Telefónica, gracias al convenio firmado entre Red.es, entidad pública empresarial del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, y la Junta de Andalucía, cuya licitación pública se le adjudicó a la compañía, está desplegando actualmente un Gbps de acceso de datos y una conectividad wifi de alta velocidad en cada uno de los centros educativos de la Comunidad, que finalizará en marzo de 2019.

Asimismo, la operadora también ha desplegado FTTH (fiber to the home, fibra hasta el hogar) en 78 Zonas de Alta Densidad Empresarial (ZADES) de Andalucía, permitiendo a las empresas ubicadas en este espacio productivo disponer de servicios de banda ancha con velocidades de 300 Mbps. “Con ello, potencia el desarrollo social y económico del municipio en el que se encuentran”, recalca la directora del Territorio Sur de Telefónica España, quien explica que esta actuación “forma parte de una iniciativa puesta en marcha por la Consejería de Empleo, Empresa y Comercio en colaboración con Telefónica, quien se comprometió a invertir ocho millones de euros para el despliegue de fibra óptica en espacios productivos de Andalucía que no se encontrasen dentro de los planes de despliegue de los operadores de banda ancha ultrarrápida”.

 

Artículo incluido en el número de octubre de Agenda de la Empresa