Andalucía fue una de las comunidades autónomas que emitieron más facturas electrónicas en 2016, con un 9,23% del total nacional y se sitúa en tercera posición en recepción de facturas electrónicas, con un 14,14% del total, según el Estudio realizado por SERES. Por su parte, las empresas andaluzas ocupan la segunda posición en recepción de facturas electrónicas, con el 14,14%, tras Cataluña (15,78%) y la segunda en emisión de facturas electrónicas, con el 13,31% de total, tras la comunidad de Madrid (19,56%).

_2CA3337Según el estudio, 2016 fue el año de mayor crecimiento y consolidación de la factura electrónica en España. Así, en el pasado año, el volumen total de facturas electrónicas ascendió a 118.505.258 documentos, que representan una variación anual de más del 25,87%, con un ahorro estimado, derivado de la automatización de los procesos, de 919 millones de euros y de 500.000 horas de trabajo equivalente de una persona, al eliminar el manipulado de los documentos en papel y los gastos de impresión, ensobrado y franqueo.

Andalucía se consolida, por la vía de los hechos, como una de las grandes comunidades autónomas tractoras de la factura electrónica. Una circunstancia que es decisiva para la modernización de su economía y para la transformación digital de sus empresas, ya que la factura es el documento más importante de un negocio.

Mucho por hacer

A pesar de la progresiva implantación de la factura electrónica, todavía son muchas más las empresas andaluzas que siguen usando el papel que las que utilizan el formato digital. Las barreras de entrada son múltiples y la gran mayoría de ellas poco objetivas. Migrar a la factura electrónica ni es caro, ni es complicado, ni es inseguro. Al contrario, reduce costes, simplifica procesos, porque los automatiza, evita errores y mejora exponencialmente la seguridad que ofrece el papel. Además, evita retrasos en los pagos y mejora la capacidad de las empresas para acceder a la financiación.

Si esto es así, se preguntarán, entonces, ¿por qué son tantas las empresas que resisten a dar el paso? Hay dos factores claves. El primero, la falta de información y la confusión que ha rodeado el mundo de la factura electrónica. Todavía son muchos los empresarios que piensan que su adopción no sólo exige importantes inversiones y equipos humamos especializados, sino que, además, como son múltiples los formatos, “nadie te garantiza que puedas facturar a todo el mundo sin problemas”. Este escenario está resuelto desde hace años por los denominados operadores de factura electrónica como SERES, que aseguran ir de lo más sencillo a lo más avanzado según el ritmo de la empresa y de sus clientes… ahorrando costes progresivamente y obteniendo mejoras en su proceso de seguimiento y financiación de facturas.

El segundo factor tiene que ver con la esencia del negocio: la factura es el documento más preciado y algunas empresas se resisten a dejarlo en manos de un tercero, tanto por mantener su privacidad como su seguridad.  Dos tabúes que no se corresponden con la realidad, porque los sistemas garantizan la confidencialidad y son infinitamente más seguros que los que utilizan el papel.

Para ello, desde SERES proponemos a las empresas que, dentro de su transformación digital, dejen de imprimir y enviar postalmente las facturas que emiten en papel y aprovechen la factura electrónica para: identificar y enviar a cada cliente la factura como la quiera él, puesto que muchas veces no se sabe si un cliente ya recibe facturas electrónicas o le solicita trabajar con una tecnología muy concreta; para tener más trazabilidad del estado con la factura electrónica, lo que permite reducir los retrasos en el pago, etc.; y tener la posibilidad de acceder al adelanto de las facturas. Todo ello, apoyándose en un tercero de confianza que se adaptará en cada caso y dará un servicio completo para la casuística de cada empresa.

 

Alberto Redondo Correas

Marketing Manager Iberia & LATAM

SERES