Agustín Peralt, autor del libro Lidérate (Plataforma Editorial), ha creado un método para gestionar mejor el tiempo y aumentar eficiencia y productividad con el que explica cómo ganar tiempo en el día y mejorar en energía, haciendo hincapié a la atención plena y cómo gestionar tareas urgentes de las tareas pendientes.

¿Por qué una buena organización y gestión del tiempo nos hace más felices?

Agustín Peralt: Cuando organizamos y gestionamos bien nuestro tiempo somos más productivos, alcanzamos nuestros objetivos invirtiendo menos tiempo y esto nos conduce no únicamente a mejorar los resultados a nivel profesional, sino también a mejorar nuestra felicidad a nivel personal experimentando esa sensación de volver a casa con las cosas bien hechas, de ser realmente efectivo.

¿Cómo se puede tener tiempo para todo?

A.P.: Lo primero es aceptar que ser productivos depende en gran medida de nosotros mismos, no hemos de culpabilizar al entorno si no lo conseguimos. Lo segundo es realizar un esfuerzo inicial para lograrlo que luego nos compensará con creces. Y lo tercero es asumir que se necesita una metodología para saber organizarnos. Dedicamos cientos de horas a aprender idiomas, nuevos softwares e incluso a manejar teléfonos u ordenadores de cierta complejidad y, realmente, no invertimos tiempo en disponer de un método de organización personal.

Entrevista Agustín Peralt-1¿Qué dificulta la productividad?

A.P.: Es importante desaprender muchas de las prácticas que hasta ahora hemos visto como normales. La gran mayoría de los profesionales españoles dedica sus mejores horas del día, entre las 8 y las 10 de la mañana, a contestar mails, siendo la gran mayoría de ellos de poca importancia. Por otro lado, hemos asumido la multitarea como algo normal y somos capaces de saltar de una actividad a otro cada dos tres minutos, alguna de ellas tan innecesarias como la consulta del WhatsApp personal o la navegación por Internet. Podríamos enumerar cientos de ejemplos de prácticas que nos quitan ese tiempo que luego nos quejamos de no disponer.

¿Han ayudado las nuevas tecnologías a la productividad?

A.P.: El problema es la adicción que genera la tecnología. Se supone que deberían ayudar a tener un mayor equilibrio entre vida personal y profesional aportando fórmulas de flexibilidad, pero en muchos casos provoca estar contestando emails en horarios de vida familiar sin la desconexión necesaria. Además, nos lleva a una multitarea continua que vemos como normal: contestamos un email, leemos un WhatsApp, hablamos con alguien, volvemos a ver el email… Muchas personas se pasan más del 60% de su jornada contestando emails y WhatsApp mientras se convencen de que el problema reside en que reciben muchos. El verdadero problema es que no hemos sido capaces de introducir ningún método de trabajo en relación a esto. Trabajar con el piloto automático y dedicar tu día a contestar emails, WhatsApp y acudir a reuniones es, a corto plazo, cómodo pero, a largo plazo, conlleva esa sensación de haber trabajado muchas horas sin haber hecho realmente nada de cierta entidad, quedando además exhausto ya que, fisiológicamente, la multitarea resulta agotadora. Carl Newport en su excelente libro DEEP WORK afirma que la capacidad de trabajar con Atención Plena es una ventaja competitiva diferencial entre los profesionales. Me encuentro con muchas personas con grandes currículums que han perdido su capacidad de atención plena y de trabajar solos en una misma tarea en periodos de más de 30 minutos. En estos casos nos es necesario recuperar esa habilidad como si volviéramos a la infancia.

¿Qué país deberíamos tomar como ejemplo para lograr la conciliación laboral con la vida personal?

A.P.: Culturas como la holandesa logran un equilibrio único entre lo personal y lo profesional, son unos maestros en la organización del tiempo. Si, como ellos, suprimimos actividades que nos hacen perder el tiempo y creamos, con disciplina, una metodología de trabajo con unos hábitos mensuales, semanales y diarios, ganaremos tiempo para lo realmente importante.

¿Qué importancia tienen los hábitos?

A.P.: Gracias a hábitos organizativos, el trabajar con el piloto automático nos lleva a una serie de buenas prácticas claves. Si, por el contrario, no tenemos esos buenos hábitos, buscamos el ser productivos a través de la energía y de la fuerza de voluntad algo que acaba agotándose durante el día y que, en ocasiones, está demasiado influenciado por el entorno.

¿Como nació el Método FASE?

A.P.: Yo necesitaba lo que una de mis clientas, directiva de empresa, definió de manera brillante: “Un método simple, sencillo y enfocado a la acción”, un sistema que aumentara la productividad y que, además, permitiera obtener resultados de manera ágil y rápida, una guía que marcara con detalle
los grandes objetivos o problemas que solucionar, con sus rituales de revisión para poder disciplinarse. Y como nada de esto existía, lo creé.

¿Qué aporta de nuevo el Método Fase?

A.P.: La base es un mapa mental que te conduce por todo aquello necesario para ser productivo: el Foco, la Atención, la Sistematización y la Energía. Cualquier persona en cualquier profesión puede a través del método lograr grandes avances en su productividad profesional e incluso en su organización personal.

 

(Entrevista cedida por la editorial)