Desigual cerró el ejercicio 2017 con una facturación de 761 millones de euros, un 11,5% menos respecto al año anterior debido a la disminución de ventas en los mercados europeos -que concentran casi el 90% de las ventas-, sobre todo en canales indirectos, y por la racionalización de la red de distribución que la compañía ha llevado a cabo en los últimos meses.

El Ebitda se sitúa en los 119 millones y el beneficio neto en los 47 millones, lo que significa una disminución respecto al año anterior del -28% y -33,3% respectivamente. Por su parte, la posición neta de caja de la compañía fue de 452 millones, 71 más que en el mismo periodo del año anterior.

En 2017, Desigual decidió acelerar el proceso de transformación, que ya ha superado el ecuador, de modo que han coincidido el descenso en las ventas con las inversiones acometidas en transformación a través del incremento de la calidad del producto, la optimización de la distribución y la mayor inversión en marca.

Según ha señalado la compañía, el ejercicio 2018 estará “fundamentalmente” marcado por la expansión geográfica en mercados con potencial de crecimiento como Latinoamérica, donde se ha experimentado un crecimiento del 18% con respecto al ejercicio anterior. Y, por otro lado, también se prevé realizar una inversión en 50 nuevas aperturas y en la renovación de más de 50 tiendas en los próximos meses.