La consolidación de la senda de crecimiento económico en Andalucía descansa, en gran medida, en el comportamiento de su tejido empresarial, dado su papel fundamental en la adopción de las decisiones de producción de la economía y su gestión, y el diseño de las estrategias de adaptación a la demanda y de utilización de los recursos.

De su eficacia en la provisión de los bienes y servicios demandados y de su competitividad van a depender el ritmo de crecimiento y, con ello, la creación de empleo y la generación de rentas. En este contexto, cabe señalar que nos encontramos en un momento idóneo para plantear, analizar e implementar diferentes líneas de acción que permitan:

1) asentar, revitalizar y potenciar las empresas existentes. No debe perderse de vista que éstas constituyen un conjunto muy heterogéneo, con una enorme diversidad en cuanto a tamaño, sectores de especialización, nivel de sofisticación y capacidad de internacionalización y digitalización;

2) fomentar la aparición de nuevos emprendedores y empresarios, cuya actividad se concrete en la creación, el sostenimiento y la expansión de las pymes, que son las que tienen mayor capacidad de generar empleo en el medio y largo plazo, no solo por la aparición de nuevas empresas, sino por el crecimiento de las ya existentes.

Sin lugar a dudas, la existencia de asociaciones empresariales de alcance regional y de gran representatividad, como la Confederación de Empresarios de Andalucía, contribuyen a ambos objetivos, al permitir aprovechar las ventajas potenciales asociadas a la escala en las diferentes parcelas, e impulsar y liderar iniciativas eficaces para afrontar con garantías los numerosos desafíos a los que se enfrentan sus asociadas.

 

Manuel Azuaga Moreno

Presidente de Unicaja Banco

 

Artículo incluido en el número de marzo de la revista Agenda de la Empresa