La cuarta revolución industrial o Industria 4.0 no se ciñe solo al entorno de las fábricas, se marca el objetivo de abarcar toda la cadena de valor

La aproximación de tecnologías y conceptos smart que están experimentando la práctica totalidad de los entornos en los que desarrollamos nuestra vida y trabajo está siendo una constante en los últimos tiempos. Smart Cities, Smart Agro, Territorios Inteligentes, Smart Ports, son algunos de estos ejemplos.

La cuarta revolución industrial o Industria 4.0 no se ciñe solo al entorno de las fábricas, se marca el objetivo de abarcar toda la cadena de valor: puntos de venta, logística, abastecimiento de materias primas y el propio centro de producción se deben de interconectar en tiempo real. Vamos a centrarnos, en esta ocasión, en el ámbito de la industria o fábrica.

Actualmente, el entorno industrial posee un escenario bien definido: líneas de producción dotadas de PLCs (Programable Logic Controllers) y sistemas SCADA, que supervisan y controlan a aquellas; sensórica, automatismos y robótica añadida, así como centros logísticos completamente automatizados. Todo ello conectado por ingentes cantidades de cableado que aseguran la conectividad entre los distintos elementos.

Cuando uno analiza este escenario, la primera pregunta que se viene a la cabeza es, ¿y qué espacio queda para la implementación de nuevas tecnologías?

Pues la realidad indica que el incremento de valor producido será exponencial. Pretendemos añadir una inteligencia de negocio mucho más sofisticada y eficiente que la existente hoy en día.

En la actualidad, un hándicap que aplica en estos entornos es la existencia de multitud de fuentes de datos desestructuradas. Los datos son explotados, pero de manera independiente, con la consiguiente pérdida de valor que eso representa.

El empleo de herramientas como plataformas de Big Data horizontales que sean capaces de hacer repositorios, estructurar las fuentes y crear correlaciones los datos será una aportación clave para entender mejor el negocio.

Así mismo, constituirá la base que nos permita, con la ayuda de la aplicación de algoritmos, a establecer modelos predictivos que anticipen eventos y reporten la información necesaria para tomar una decisión. Ya estamos viendo cómo los mantenimientos preventivos, e incluso predictivos de bienes de equipo, aplicando la Inteligencia Artificial y la Realidad Virtual, están siendo una de las primeras líneas de incursión.

Dichos datos provendrán de las fuentes actuales que conocemos así como de nuevas fuentes que la sensórica IoT nos proporcionará, y este despliegue de dispositivos conectados podemos asegurar que nos obligará a establecer nuevas herramientas de comunicación que garanticen la hiperconectividad de la industria.

Pensemos por un momento en un entorno fabril, con todos los elementos que lo componen, y veremos cómo de fácil es adivinar que este nuevo escenario nos supondrá un reto para la comunicación y para la transmisión de los datos. Actualmente, la mayor parte fluye a través de estructuras de cableado, pero aspiramos a que “datos en movimiento” sean captados y analizados, de ahí que soluciones de geolocalización indoor, tanto de personas como de objetos, sean ya una demanda creciente. Para ello, ya contamos con herramientas como redes de comunicación de baja frecuencia (LoraWan o NB-IoT) idóneas para estos entornos, así como gestores inteligentes para el balanceo entre las mismas.

Llegados a este punto del relato, es lógico preguntarnos por la Ciberseguridad 4.0 de este nuevo entorno, tanto en lo que afecta a la operativa como por la inminente aplicación del nuevo RGPD (Reglamento General de Protección de Datos). El perímetro de una red de comunicación en una industria estaba, hasta ahora, totalmente delimitado, pero con la incorporación de nuevos elementos capaces de conectarse con el exterior, así como la apertura de los actuales sistemas de control para que remitan datos a entornos on cloud, este perímetro se torna ciertamente difuso.

Datos del INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad de España) indican que, en el caso de España, las zonas industrializadas son uno de los objetivos prioritarios de hackers y redes organizadas de cibercrimen. Las plataformas horizontales de Big Data que se empleen deben tener un fuerte componente de análisis y muestreo del tráfico de datos que se mueven alrededor de una industria, así como mapas de dispositivos actualizados, con el objetivo de monitorizar en tiempo real eventos que se produzcan y establecer mecanismos predictivos para detectar vulnerabilidades.

Desde nuestra compañía entendemos que la mayor aportación de valor proviene de la gestión completa de este modelo, no solo limitándonos a la implementación de las herramientas tecnológicas y normativas que lo hagan factible, sino convirtiéndonos en un verdadero “fabricante de información” para nuestros clientes.

 

Emilio Herrera Rebollo

Director Comercial Public & Enterprise Wellness Telecom

 

Artículo incluido en el número de marzo de la revista Agenda de la Empresa