El sistema agroalimentario lleva más de 12.000 años incorporando tecnología e innovaciones a su cadena de valor; seleccionando especies, mejorando su genética, usando todo tipo energías disponibles en cada momento, así como la metalurgia, la química en todas sus variantes, inorgánica, analítica, orgánica, bioquímica, la biotecnología y, actualmente, las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y las satelitales.

Esta evolución tecnológica en el sector agrario ha sido un factor crítico en el aumento de la población mundial hasta llegar a los 7.000 millones de personas. Aún así, queda mucho camino que recorrer en la distribución de alimentos a nivel mundial ya que todavía mueren 25.000 personas diarias de hambre en el mundo.

Técnicamente, el sector agroalimentario no se ha considerado un sector generador de conocimiento hasta hace bien poco, sino un sector de uso de todo tipo de tecnologías generadas en sectores auxiliares. Sin embargo, el conocimiento acumulado en las prácticas agrarias empieza a ser un factor tecnológico con el uso de las TIC y su potencialidad para la gestión de ese conocimiento.

Actualmente, la producción agroalimentaria, al igual que ocurrió en otros sectores, se está digitalizando a marchas forzadas, buscando la mejora de la productividad y la eficiencia de la actividad. El cuaderno de campo del agricultor, que describe todas las actuaciones que se producen en la explotación, empieza a digitalizarse e integrarse con la cadena de transformación, dando así lugar a la generación de datos susceptibles de integrarlos en el denominado Big Data para su interacción con otras fuentes de datos como los medioambientales, bióticos y abióticos, económicos y de otro tipo que incida de manera sistémica en el resultado de la producción, permitiendo la trazabilidad de los productos, tan necesaria para la seguridad alimentaria y la confianza del consumidor, así como el análisis de los datos para desarrollar simulaciones y pruebas de conceptos de nuevos modelos de producción.

En este sentido, desde el Centro Andaluz de Innovación en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (CITIC) hemos desarrollado un “Entorno Virtual de Desarrollo” (VRE) basado en Big Data, y estamos desarrollando un proyecto piloto en el sector oleícola.

Igualmente, otras tecnologías disruptivas están haciendo aparición en el sector agroalimentario con fuerza, ya que el propio sector demanda transparencia y seguridad en las transacciones. Este es el caso de Blockchain, en el que estamos trabajando desde hace tiempo junto con la Escuela de Ingenieros Agrónomos de la Universidad de Córdoba para definir un laboratorio virtual de Blockchain para el sector agrario.

Asimismo, la propia Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, conscientes de la importancia de la modernización del sistema agroalimentario andaluz, lidera el Digital Innovation Hub en Big Data y Trazabilidad, que hará de catalizador para fomentar la difusión de este tipo de tecnologías entre el sector andaluz, participando entidades del sector agroalimentario y de las TIC.

 

Ramón Rivas

Doctor Ingeniero Agrónomo

Director-Gerente de CITIC

 

Artículo incluido en el número de abril de la revista Agenda de la Empresa