En los cuatro primeros meses del año el Estado ha registrado un déficit de 5.928 millones, un 22,2% inferior al registrado en el mismo periodo de 2017.

En términos de PIB equivale al 0,49%, lo que representa una caída de 0,17 puntos porcentuales respecto a abril de 2017. Esta reducción del déficit público se explica por un incremento de los recursos del 9,4%, superior a incremento de los gastos del 5,6%.

Por su parte, hasta finales de marzo de 2018, la necesidad de financiación conjunta de la Administración Central, los Fondos de la Seguridad Social y la Administración Regional, excluida la ayuda financiera, es de 4.653 millones equivalente al 0,38% del PIB, un 20,8% menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior.

Si se incluye en ambos periodos el saldo negativo de la ayuda a las instituciones financieras (176 millones en 2017 y 62 millones en 2018), el déficit sería de 4.715 millones de euros, equivalente al 0,39% del PIB, con una reducción interanual 0,12 puntos porcentuales de PIB.

La Administración central ha disminuido su déficit hasta el 0,42% del PIB excluida la ayuda financiera, cifrada en 62 millones en el primer trimestre (0,01% del PIB).

Mientras, la Administración regional disminuye su déficit un 34%, desde el 0,20% del PIB registrado en marzo de 2017 hasta el 0,12 % registrado este año. Esta evolución se explica por un incremento de los recursos del 5,3%, superior al aumento de los empleos del 3,0%.

Los Fondos de la Seguridad Social han obtenido un superávit del 0,16% del PIB, un 30,1% superior al registrado en abril de 2017. Los recursos se han incrementado un 3,8%, destacando el fuerte incremento de las cotizaciones del 4,6%. Por su parte los gastos no financieros aumentan un 2,7%.

El Sistema de Seguridad Social registra un superávit de 1.380 millones, equivalente al 0,11% del PIB. Esto supone un incremento del 6,8%, explicado por un aumento de las cotizaciones sociales superior en 1,2 puntos porcentuales al de las prestaciones sociales.