Desde mediados de mayo, el Palacio de Monterrey puede ser visitado gracias a la colaboración de la Fundación Casa de Alba y el Ayuntamiento de Salamanca, quienes han impulsado su restauración y musealización.

Las entradas pueden adquirirse en la Oficina de Información Turística de la Plaza Mayor de Salamanca a un precio general de cinco euros (IVA incluido), aunque los lunes por la tarde la entrada será gratuita y hay precios reducidos para niños de entre 6 y 12 años, mayores de 65 años y personas con discapacidad.

Con estilo de fortificación o torre militar, el edificio es uno de los principales exponentes de la arquitectura civil española del Siglo de Oro y Bien de Interés Cultural con categoría de monumento desde 1929. Tras el proceso de restauración al que ha sido sometido (el tercero desde que se construyó en 1539), los visitantes podrán disfrutar ahora tanto de su espectacular fachada y singulares cresterías como de un recorrido por el interior de una casa habitada y cuidada, distribuida en varios niveles.

A través de la escalera principal (decorada con tapices del siglo XVII) se accede al vestíbulo de la primera planta. Allí, el visitante podrá admirar una escultura de Mariano Benlluire, considerado como el último gran maestro del realismo decimonónico. Asimismo, se pueden ver pinturas en óleo de la escuela italiana (Salvatore Rosa o Tiziano, entre otros) e interesantes artes decorativas.

Desde este vestíbulo se llega al Salón Verde, donde junto a óleos de Manuel Benedito y un escudo nobiliario con el blasón de Acevedo, Fonseca Ulloa y Zúñiga, está ya uno de los 3 juegos de llaves con los que se custodia el sepulcro de Santa Teresa de Jesús, dada la vinculación de la impulsora de la reforma de la orden de las carmelitas con la Casa de Alba.

Otra de las estancias de las que los visitantes podrán disfrutar es el salón principal de la segunda planta, donde aparecen las dos pinturas principales del palacio: ‘Paisaje de fortín’ y ‘Paisaje con pastores’, de José Ribera, únicos paisajes conocidos del emblemático pintor valenciano.

Después, se visita el comedor (característico por su artesonado policromado mudéjar procedente de un convento de Guadalajara y dos tapices flamencos del siglo XVII), y varias estancias privadas como un baño decorado con azulejos de Talavera, una salita y un despacho. El recorrido se cierra, finalmente, con el despacho y la habitación donde se alojaba SS.MM. el Rey Don Juan Carlos en sus visitas a Salamanca.

Las visitas se realizarán en grupos de 25 personas, siempre acompañados de un guía oficial. En invierno habrá seis grupos (10.30, 11.30, 12.30, 13.30, 17.00 y 18.00) y, en verano, uno más a las 19.00 horas.

El Ayuntamiento de Salamanca está trabajando ya en nuevos proyectos para poder ampliar la visita del Convento de San Esteban, la apertura del la Torre de los Anaya o la puesta en valor de los restos del Convento de los Agustinos.