El Banco de España prevé que, tras aumentar un 3,1% en 2017, el Producto Interior Bruto (PIB) aminore su avance hasta el 2,7% en 2018, el 2,4% en 2019 y el 2,1% en 2020.

En comparación con las proyecciones anteriores, el crecimiento del PIB se revisa al alza en una décima en 2019, como consecuencia principalmente de las medidas fiscales y, en menor medida, por la perspectiva de un tipo de cambio del euro más depreciado que el observado en los trimestres anteriores, cuyos efectos se ven neutralizados parcialmente por el impacto contractivo asociado a los mayores precios del petróleo.

Según las proyecciones macroeconómicas de la economía española (2018-2020), la expansión del producto seguirá sustentada en la demanda nacional, para la que, no obstante, se prevé cierta desaceleración en los próximos años. A su vez, la demanda exterior neta continuaría ejerciendo una contribución ligeramente positiva a lo largo del horizonte de proyección.

“Como es habitual en las fases expansivas de la economía española, el avance del empleo por unidad de producto seguirá siendo muy elevado en los próximos años. El aumento sostenido de la ocupación propiciará descensos continuados de la tasa de paro, hasta situarse, a finales de 2020, cercana al 11%”, señala el informe.