El turismo es un sector estratégico para España, un sector que genera el 11,2% de la riqueza del país y el 13% de los empleos, y que fue una de las tablas de salvación de la economía española durante los años más duros de la crisis. Pero estas envidiables credenciales se ven empañadas por las duras críticas que el turismo recibe en algunas ciudades por los impactos negativos de índole social que genera directa o indirectamente, ya sea la saturación del espacio ciudadano o la intensificación de los procesos de gentrificación, por ejemplo.

Lo cierto es que España lleva décadas en el podio de los países que más turistas extranjeros reciben de todo el mundo y, aun así, estamos viviendo un auténtico boom turístico. Lejos quedan los 52,7 millones de turistas internacionales que recibimos en 2010. En tan solo siete años este número se ha incrementado en más del 50% hasta alcanzar en 2017 los 81,8 millones, a los que hay que sumar otros 40 millones de excursionistas, además de los 176 millones de viajes que realizamos los propios españoles dentro del territorio. Y esta situación tiene pocos visos de revertirse en el futuro: las previsiones anticipan que llegaremos a los 100 millones de turistas en menos de una década, incluso si los destinos competidores del Mediterráneo continúan su senda de recuperación.

Aunque el grueso del turismo que llega a España lo hace para disfrutar de las playas, lo cierto es que las ciudades están atrayendo a números ingentes de visitantes hasta llegar al punto de la masificación en sus puntos más turísticos, con el correspondiente deterioro de la vida ciudadana, la experiencia turística y la convivencia. Para no morir de éxito, las ciudades deben actuar con inteligencia.

Porque si España es líder mundial en turismo, también lo es en la transformación smart de sus ciudades, una apuesta a medio plazo en el marco de las Agendas Digitales para Europa y, en concreto, para España. 65 municipios componen la Red Española de Ciudades Inteligentes, ciudades grandes y medianas que están implantando soluciones tecnológicas para ser más sostenibles, prósperas, dinámicas y habitables. Ciudades que trabajan para impulsar su economía, mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y hacer más eficiente la gestión pública.

Los planteamientos de Smart City vigentes –Smart Governance, Smart Environment, Smart Mobility, Smart Economy, Smart Living y Smart People– se construyen para dar respuesta a las necesidades y expectativas de tres colectivos: ciudadanía, sector público y sector privado. Pero las ciudades, especialmente las ciudades turísticas, deben incorporar a la ecuación a un cuarto colectivo: los visitantes.

Porque los turistas comparten el espacio ciudadano con los residentes y ejercen una presión adicional sobre unos servicios públicos -transporte, seguridad, sanidad, etc.- que no necesariamente están diseñados y dimensionados para ello. Quizás sea hora ya de incorporar un séptimo plano: Smart Tourism.

Las ciudades deben repensarse teniendo en cuenta la población flotante de turistas, con flujos de visitantes a lo largo de todo el año que causan, o potencialmente pueden causar, conflictos con los intereses legítimos de ciudadanía, empresas y administración. La turismofobia, ese sentimiento de rechazo al turismo que se está extendiendo por las ciudades turísticas españolas, lleva implícito un reproche a la gestión municipal y daña tanto la marca de la ciudad -que es la del destino- como la convivencia.

La buena noticia es que las Ciudades Inteligentes ya están desplegando sus capacidades tecnológicas, y pueden expandir su uso actual con herramientas para gestionar los nuevos retos que plantea un mercado turístico en expansión y prevenir así situaciones detonantes de turismofobia. Por ejemplo, incorporando el plano turístico a sus cuadros de mando pueden anticipar escenarios de saturación, reordenar los flujos turísticos dentro del espacio urbano, mejorar la seguridad ciudadana o informar de las tareas de planeación y gestión municipal.

Se abre pues un espacio de oportunidad para la gestión inteligente de las ciudades en clave turística, el del Smart Tourism. Porque en un mundo cada vez más conectado, las Ciudades Inteligentes deben encontrar fórmulas para hacer compatible la calidad de vida ciudadana, el dinamismo empresarial, el buen funcionamiento de la administración, la sostenibilidad del proyecto de ciudad y la experiencia óptima del visitante.

 

John Mora Williams | Coordinador del Grupo de Trabajo de Turismo Inteligente de AMETIC. Partner & Corporate Venturing Globaldit

 

 

Artículo incluido en el especial sobre turismo digital en el número de julio y agosto de la revista Agenda de la Empresa