Repsol ha sido la primera compañía de petróleo y gas del mundo en emitir un ‘bono verde’ certificado, instrumento financiero de deuda por el que se destinan los fondos obtenidos a proyectos que aporten un claro beneficio medioambiental. Con los 500 millones de euros captados, la compañía española espera reducir en 1,2 millones de toneladas al año las emisiones de CO2, concentrando el esfuerzo inversor en España y Portugal.

Las acciones que se costearán con este mecanismo se agrupan en dos categorías: proyectos de eficiencia energética en el área de Refino y Química, que serán el destino principal del capital conseguido; y las tecnologías de bajas emisiones, que abren la puerta a futuros proyectos en el negocio de Exploración y Producción (E&P).

“Identificamos la oportunidad de financiar proyectos para luchar contra el cambio climático a través de la emisión de un bono verde como una herramienta para enlazar el compromiso de sostenibilidad de la compañía con las finanzas”, explica Mariano Benito, director de Financiación de Repsol.

Financiación pionera en el sector

La compañía ha identificado en sus instalaciones de producción más de 300 proyectos que cumplen con los principios del bono verde, Green Bond Principles, establecidos por la International Capital Market Association (ICMA), organización para la autorregulación de los mercados de capitales, que establece “unas pautas voluntarias para promover la transparencia y la integridad de los bonos verdes”.

Los proyectos incluidos dentro del Marco del Bono Verde de Repsol se integran plenamente en el Plan de Energía y Carbono 2014-2020 de la compañía, y se sumarán a otras mejoras operativas para alcanzar el objetivo marcado por este plan de evitar 2,1 millones de toneladas al año de gases de efecto invernadero en 2020.