Funcas ha reducido dos décimas la previsión de crecimiento para este año, hasta el 2,6%, ante el menor crecimiento registrado en 2017 (3% en vez del 3,1% contemplado en la anterior estimación) y una desaceleración de la economía ligeramente más intensa de lo previsto. Según Funcas, que ha actualizado las previsiones para 2018 y 2019, estos resultados se deben a un entorno externo menos favorable.

Algunos de los principales mercados de exportación apenas crecen, sobre todo, Italia y Reino Unido, “sin olvidar las turbulencias financieras que atraviesan países emergentes, en especial Argentina y Turquía. Este peor contexto internacional ya detrajo dos décimas de crecimiento durante el segundo trimestre”.

Funcas apunta que “ambién pesará el enfriamiento del consumo debido al escaso margen de las familias para incrementar su gasto por encima de los ingresos, una vez han ido agotando el ahorro, y el aumento de la inflación”. Por el lado positivo, argumenta, se mantiene el dinamismo de la inversión, tanto en construcción como en equipo y también mejora la previsión para el consumo público.

Las tendencias ya observadas se prolongarán durante 2019, cuando el PIB crecerá un 2,2%, también dos décimas por debajo de las anteriores previsiones. La moderación del consumo privado seguirá en los próximos trimestres, si bien se mantendrá el auge de la inversión residencial y de bienes de equipo. Funcas espera una aportación positiva del sector exterior a medida que se recuperen los mercados internacionales.

Por otra parte, Funcas señala que “a falta de más información sobre los Presupuestos Generales del Estado para el próximo ejercicio, no se prevé que la política fiscal altere la senda de crecimiento de manera significativa”.

“El mercado laboral perderá vigor”

En consonancia con la evolución de la economía, el mercado laboral “perderá vigor”. Para 2018, se prevé que el número de ocupados aumente un 2,2%, tres décimas menos que en la anterior previsión, y un 1,9% en 2019, dos décimas menos. La tasa de paro bajaría al 13,5% a finales del próximo año.

El déficit público reflejará el momento del ciclo económico, “todavía favorable”, y las medidas presupuestarias ya decididas. Este alcanzará el 2,7% del PIB en 2018, en línea con la previsión del Gobierno. Para 2019, bajo el supuesto ya señalado de una política fiscal sin cambios significativos, se prevé un déficit del 2,1% del PIB, frente a un objetivo anunciado del 1,8%. “Con ello, España saldrá del procedimiento europeo de déficit excesivo, pero persiste la vulnerabilidad financiera por la deuda pública, una de las más elevadas de Europa”, señala.