Bankia obtuvo en los nueve primeros meses de 2018 un beneficio neto atribuido de 744 millones de euros, lo que supone un aumento del 0,6% respecto al mismo periodo del año anterior.

El banco elevó el resultado con un aumento en los ingresos por comisiones, con una nueva reducción en los costes por la aceleración en la captación de sinergias tras la fusión con BMN, y con un volumen estable de provisiones y saneamientos.

El beneficio del tercer trimestre estanco ascendió a 229 millones, un aumento del 1,7% respecto al mismo periodo del año anterior.

En la cuenta de resultados, el margen de intereses se elevó a 1.542 millones, un 5,1% más que hasta septiembre de 2017, consecuencia de la integración de BMN, e impactado por las ventas de renta fija y las repreciaciones todavía a la baja de la cartera hipotecaria. A perímetro constante, es decir, incluyendo a BMN todo 2017, habría caído un 10%.

Los ingresos por comisiones aumentaron un 25,8% (3,1% en comparación homogénea) y se elevaron a 799 millones de euros, con una positiva evolución de las tasas por medios de pago (+13,1%), y de administración y gestión de activos, principalmente fondos de inversión (+13,6%) y planes de pensiones (+8,5%).

El resultado por operaciones financieras creció en 67 millones (+21,4%), hasta 381 millones, por la materialización de plusvalías latentes derivadas de las ventas de renta fija para adelantarse a la previsible evolución de los tipos de interés. De esta forma, el margen bruto avanzó un 12,8%, hasta 2.706 millones.

Los gastos de explotación crecieron un 21,8% consecuencia de la integración con BMN, pero en términos homogéneo cayeron un 2,9% en los nueve meses debido a la anticipación del ERE firmado tras la fusión, que se completará en noviembre. En el tercer trimestre de este año, los gastos fueron un 5,4% menores a los del mismo trimestre del año anterior. Esta evolución de los costes ha permitido situar la ratio de eficiencia en el 51,8%.

Esa mejora en el balance se vio tanto en el descenso de los activos dudosos (cayeron en 1.755 millones en nueve meses) como en el saldo de activos adjudicados (561 millones menos). Tras esa disminución de 2.316 millones en nueve meses (un 14%), los activos improductivos brutos (NPA) quedaron en 14.541 millones. El banco continúa así en el camino de cumplir su objetivo de rebajar en 2.900 millones esta rúbrica durante este ejercicio.

En términos de solvencia, la entidad finalizó los nueve primeros meses con una ratio de capital ordinario (CET1) fully loaded (anticipando los futuros requerimientos de Basilea III que serán de aplicación en 2019) del 12,41%, sin incluir las plusvalías latentes de la cartera de deuda soberana, lo que supone un aumento de 46 puntos básicos con respecto al cierre de 2017.

Esta ratio muestra un exceso de capital de 340 millones sobre el nivel del 12% fijado en el Plan Estratégico del banco 2018-2020 como base para devolver capital a los accionistas. Incluyendo las plusvalías soberanas latentes, el CET 1 fully loaded habría sido a 30 de septiembre de 2018 del 12,46%.