La Banquisa, franquicia andaluza de alimentos congelados, fomenta en sus establecimientos el funcionamiento inteligente de la maquinaria frigorífica. Esta red ha puesto en marcha un sistema en sus locales por el que las maquinas frigoríficas realizan una paradas alternas entre ellas y programadas según horarios para que no aumenten los decibelios en la noche y esto no perturbe el sueño de los vecinos.

Estas maquinas, que transforman energía mecánica en térmica para obtener y mantener en un recinto una temperatura menor a la temperatura exterior, mantienen los alimentos en congelación, es decir, aplican frío intenso capaz de detener los procesos bacteriológicos y enzimáticos que destruyen los alimentos. Se ha demostrado que la temperatura de -18ºC es un nivel adecuado y seguro para conservar los alimentos congelados. Los microorganismos no pueden crecer a esta temperatura y la acción de los enzimas es muy lenta, pero el propio almacenamiento produce alteraciones en el alimento. "Todos estos procesos mediante maquinaria realizan ruido. Por ello, lo que nosotros intentamos es minimizar ese impacto auditivo, e incluso eliminarlo, en los momentos en los que la gente duerme", explica Miguel Ángel Guerrero, director general de La Banquisa, que aporta una dilatada experiencia de cuarenta años en el sector del congelado, demostrando su profesionalidad a lo largo de los años.

Además, La Banquisa aporta varios elementos diferenciadores de otras tiendas de congelados, como la variedad de productos, pudiendo encontrar de entre 300 a 500 referencias distintas, la vigilancia del producto desde su captura, en contacto continuo con los principales armadores de buques de pesca internacional para seleccionar las mejores materias primas de los principales caladeros del mundo, la fabricación propia con la última tecnología y la distribución mayorista llegando a todo el canal HORECA con un servicio de reparto diario de su flota de vehículos frigoríficos.

Un público cada vez más exigente demanda unos productos de mayor calidad y garantías además de demandar un trato preferente en atención, fidelización e información de lo que consume, y por supuesto a un precio competitivo. "Es bien sabido, gracias a diferentes estudios, que es recomendable adquirir alimentos congelados antes que comprarlos frescos y congelarlos de forma casera ya que los productos nunca conseguirán alcanzar las altas temperaturas a las que se consigue llegar con el proceso industrial y por consiguiente el alimento perderá calidad y sabor", explica Guerrero, director general de la enseña, que afirma que el sabor de los productos congelados es el mismo que los frescos puesto que mantienen sus condiciones de textura y apariencia.