Con el inicio del nuevo año siempre tenemos la costumbre de hacer un balance de cómo ha sido el pasado, en aras de construir un futuro mejor. Un balance necesario que nos debe hacer reflexionar sobre si es necesario adoptar nuevas medidas o intentar corregir tendencias que empiezan a vislumbrarse.

Durante el pasado año, las previsiones económicas han ido alardeando de buenos datos para las grandes empresas. Podríamos decir que, en lo que se suele llamar “el ámbito de grandes números”, las cosas les funcionan. El problema, sin embargo, se mantiene cuando descendemos a las cuestiones cualitativas, cuando nos referimos a la calidad de la cantidad. Cuando nos centramos en las personas, en las economías domésticas, en las familias…

En Andalucía continúan existiendo colectivos con dificultades muy graves para encontrar un empleo, fundamentalmente entre las mujeres, los jóvenes, los inmigrantes, etc. La temporalidad en los contratos de trabajo alcanza cifras insufribles y es una de las causas de las tasas de siniestralidad laboral; además, a la inmensa mayoría les imposibilita desarrollar sus carreras profesionales e, incluso, sus proyectos de vida. Y no solo el empleo va siendo de menor calidad, sino lo que es peor: se crea empleo precario, y se destruye empleo de calidad. Esta sería una foto de lo que está ocurriendo. Pero lo más interesante es que en este contexto, todos coincidimos que Andalucía es una tierra que tiene una gran oportunidad para generar el desarrollo socioeconómico que se merece y con ello continuar avanzando en la convergencia plena con la Unión Europea. Un acontecimiento fundamental que han nucleado prácticamente toda la actividad política han sido para los andaluces las elecciones andaluzas. Un hecho que ha removido y paralizado a la vez la actividad de esta tierra. Por ello, necesitamos mirar atrás para ver lo que tenemos que mejorar, para apostar por un nuevo futuro más esperanzador y solucionar lo que a esta organización le preocupa, que es que no se cercenen los derechos de los trabajadores y trabajadoras y la ciudadanía en general.

En UGT Andalucía tenemos claro que no vamos a poder aprovechar esta oportunidad si no cambiamos algunas cosas. No podemos competir con un modelo basado en contratos temporales y con bajos costes laborales. Es necesario hacer una apuesta estratégica por un modelo de desarrollo basado en un crecimiento económico sostenible, equilibrado y duradero y donde pueda ser una realidad el empleo de calidad. Y creemos que estamos en el momento oportuno para hacer apuestas de este tipo, ahora que empieza una nueva etapa política y que comenzamos un nuevo año.

Para UGT, reducir la temporalidad es una prioridad sindical. Si lo conseguimos podremos rebajar los accidentes laborales, mejorar las condiciones de trabajo, aumentar la productividad y la competitividad de las empresas. Si no, tendremos un modelo de sociedad que solo podrá competir con bajos costes laborales e incapaz de adaptarse a los nuevos retos tecnológicos.

Exigimos que se adopten medidas que ayuden a aportar soluciones en el presente, y contribuyan a construir un futuro mejor para todos y todas. El desarrollo actual de nuestra sociedad, en una perspectiva de cohesión social y económica, ha de posibilitar la generación de empleo para todos, como una condición necesaria para construir el futuro y, por ello, el trabajo debe de convertirse en un elemento clave de dignificación humana e integración social, que, más allá de garantizar la existencia, configura la base de la realización de la persona, un proyecto de vida y su consiguiente participación en la vida social, pues sin empleo digno no hay futuro.

 

Carmen Castilla | Secretaria General de UGT-A Carmen Castilla

@mc_castilla

 

 

Artículo incluido en el número de enero de la revista Agenda de la Empresa