Andalucía ante un paso decisivo
Han pasado 25 años desde que España inició, con la aprobación de la Constitución y la elaboración de los estatutos de Autonomía, la etapa de democracia, estabilidad y progreso más larga y fructífera de su historia. El estado autonómico solidario ha puesto en manos de los distintos territorios españoles los instrumentos para modernizarse y acercarse al bienestar social y económico de una Europa que entoces quedaba muy lejana.
En este tiempo, Andalucía ha contado con instituciones de autogobierno, competencias del máximo nivel contempladas en el Estado autonómico y muchos recursos, tanto propios como provenientes de la solidaridad de otras regiones de España y de Europa. Con estas herramientas, es obvio decir que hemos avanzado, nos hemos de-sarrollado y la Andalucía de hoy tiene poco que ver con la de hace dos décadas.
Sin embargo, una y otra vez los andaluces nos damos de bruces con una realidad injusta, nuestra renta familiar disponible es la menor de España junto con Extremadura y lo mismo ocurre con el empleo, con la implantación de las nuevas tecnologías, con el nivel de formación y con todos cuantos indicadores macroeconómicos analicemos.
Andalucía se encuentra hoy ante la oportunidad, más cercana y real que nunca, de protagonizar un cambio histórico en el desarrollo político y social de su autonomía. Un cambio que tiene que venir de la mano de un nuevo modelo económico para nuestra comunidad.
Los andaluces tenemos la obligación de consolidar y afianzar la política económica del Gobierno de la nación, porque esta política ha demostrado que es posible alcanzar el pleno empleo y éste es nuestro principal objetivo. Si ha sido posible en otras comunidades, debe serlo también en Andalucía. Y no se trata de una mera actitud voluntarista o de fórmulas mágicas sino de una voluntad política real de poner en marcha planes parciales y sectoriales, medidas concretas dirigidas a colectivos específicos con especial dificultad de acceso al mercado laboral, de forma que pieza a pieza podamos conformar el puzzle del pleno empleo.
Con el horizonte de alcanzar el pleno empleo en los próximos ocho años, el Partido Popular de Andalucía ha venido insistiendo en la necesidad que tenemos de un Plan de Convergencia Interna que acabe con los desequilibrios territoriales persistentes en nuestra comunidad y procure la igualdad real de oportunidades entre los propios andaluces. Sólo si logramos niveles homogéneos de progreso en Andalucía podremos converger primero con el resto de regiones de España y de Europa y situarnos después a la cabeza de ese concierto internacional.
Urgen, asimismo, compromisos de descentralización administrativa que permitan a cada pueblo y ciudad de Andalucía erigirse en un lugar idóneo para establecerse, no sólo los ciudadanos sino también las empresas. Y el Partido Popular de Andalucía está dispuesto a dar los pasos necesarios en este sentido de forma valiente y generosa.
Tenemos claro también quiénes son los protagonistas de este proyecto autonómico nuevo. Andalucía necesita más sociedad y menos administración. Es inaplazable el respaldo serio y sin demagogias a los emprendedores, ya que el reto tecnológico y la internacionalización de una economía global nos exige contar con el esfuerzo de los mejores para crear las condiciones de progreso real para todos.
Los andaluces tenemos la oportunidad de dar un paso decisivo hacia una nueva economía que nos permita lograr una sociedad fuerte y cohesionada, que evite dependencias sociales, económicas o políticas. En definitiva, muchos andaluces creemos que podríamos ser más de lo que somos y estar mejor de lo que estamos, y existe una sensación de que si no es así es por las inercias conformistas y autocomplacientes acumuladas en más de dos décadas sin alternancia política en nuestra comunidad.