Banco Santander obtuvo un beneficio atribuido de 1.840 millones de euros en el primer trimestre de 2019, un 10% menos que en el mismo periodo del año anterior (-8% en euros constantes), debido a un cargo neto de 108 millones con motivo de la venta de activos y reestructuraciones.

Este cargo incluye 150 millones de plusvalías por la venta de la participación del 51% de Prisma en Argentina y 180 millones de pérdidas derivadas de la venta de una cartera de inmuebles residenciales en España, más un cargo de 78 millones por los costes de reestructuración en Reino Unido y Polonia.

Los menores ingresos de mercados, un ajuste por la elevada inflación en Argentina y la adopción de la NIIF 16 (que cambió el tratamiento contable para las operaciones de sale and lease-back), además de por un aumento del 7% de los impuestos en euros constantes han generado que el beneficio antes de impuestos creció un 3% en euros constantes, mientras que el beneficio ordinario descendió un 2% en euros constantes, hasta 1.948 millones.

La entidad ha registrado un aumento del margen de intereses del 3% (+5% en euros constantes), y de los préstamos y depósitos del 4% y 5%, respectivamente, frente al mismo periodo del año anterior en euros constantes. El número de clientes vinculados, aquellos que usan Santander como banco principal, ha aumentado en 1,8 millones desde el primer trimestre de 2018, mientras que en el mismo periodo el número total de clientes ha aumentado en cinco millones, hasta los 144 millones.

Por su parte, la calidad crediticia siguió mejorando: la ratio de morosidad cayó 40 puntos básicos en los últimos doce meses, hasta el 3,62%, y las dotaciones por insolvencias se redujeron un 5%, hasta 2.172 millones de euros. El coste del crédito, es decir, lo que el banco provisiona cuando concede un crédito, cayó siete puntos básicos en el año, hasta el 0,97%, el nivel más bajo desde 2008.