El presidente de EADS, Louis Gallois, confirmó ayer el proyecto de trasladar parte de la producción de su filial de fabricación de aviones Airbus a países de la zona dólar, para hacer frente a la diferencia en el cambio que favorece a la divisa estadounidense. «Creo, desgraciadamente, que no se puede emplear más el condicional: no hay que decir se debería, hay que decir habrá, porque no tenemos otra alternativa», declaró Gallois a la emisora de radio Europe 1. La cotización del dólar frente al euro «es el principal problema para nosotros» y «el único medio de preparar la empresa a un dólar que ya nadie controla, es desgraciadamente instalarse en zona dólar», añadió.

No obstante el directivo descartó categóricamente la posibilidad de vender sus aviones en euros, porque «los clientes no quieren» y de nada serviría dado que su principal rival, el estadounidense Boeing, paga a sus empleados en dólares.

El proceso de deslocalización «afectará a todos los aviones, pero no a todas las piezas» de los aparatos, dijo. «Nos veremos obligados a fabricar piezas de aviones, como las puertas, partes del fuselaje, los elementos de las alas, en el exterior de Europa», explicó Gallois. La deslocalización, añadió, afecta asimismo a los subcontratistas y a los proveedores «puesto que en el coste directo de un avión, Airbus hace directamente el 16% y los abastecedores nos aportan el 84%» restante, comentó. El impacto no será inmediato en las fábricas de Europa, sino progresivo, a lo largo de «la próxima década», añadió Gallois. A medio plazo, las unidades de ensamblaje y los diseñadores de aviones se quedarán en Europa, porque el meollo industrial «se está yendo», añadió.

El vicepresidente económico del Gobierno español, Pedro Solbes, declaró por su parte que el anuncio de EADS es una «decisión de empresa» e incidió en que «nos interesa que la empresa vaya lo mejor posible». En declaraciones a los periodistas antes de participar en la reunión del Eurogrupo (ministros de Finanzas de la zona euro), Solbes recordó que España tiene una «pequeña participación» en EADS (el 5,5%), por lo que el Gobierno deberá estudiar las implicaciones de esa decisión.

«Lógicamente a todos nos interesa que la empresa vaya lo mejor posible en términos de competitividad», señaló el vicepresidente, quien reconoció que, en este momento, tiene problemas importantes derivados de la cotización euro-dólar.