Cada español pasó en su puesto de trabajo una media de 1.798 horas el año pasado, muy por encima que los del resto del continente, que dedicaron un promedio de 1.644 horas a su empleo. El problema es que ese tiempo no les cunde tanto como en otros países. De hecho, sólo los portugueses y los griegos rinden menos. Las horas desaprovechadas equivalen a un 8,1% del producto interior bruto (PIB), es decir, a unos 80.000 millones de euros, según se desprende de un estudio publicado por Universia, la red de centros académicos patrocinada por el Grupo Santander.

Esta brecha entre la productividad de un trabajador y el tiempo que le dedica a su empresa es uno de los principales problemas macroeconómicos de España, como ha reconocido el Gobierno. El informe desvela que España ha seguido de forma “lenta” el proceso de reducción del horario laboral que se ha experimentado en todo el mundo. El número de horas trabajadas se ha reducido un 12% en 50 años, tasa muy baja si se compara con el 34% de Holanda, el país donde menos horas se pasa en el trabajo (1.355).